La primera edición del Fred Festival se desarrolló a lo largo del viernes pasado demostrando cómo la iniciativa privada puede también subrayar la importancia de la escena local y convertirse en un referente para un público esencialmente juvenil.
La empresa organizadora de la propuesta ha sido Jölssen Events, una agencia especializada en la organización de propuestas mayormente centradas en los deportes y en la música, aunque también abarcan otras áreas del ocio y del entretenimiento.
Su apuesta en este caso ha tenido dos objetivos muy claros: por un lado sumar a la ciudad un festival que se celebrara en época invernal, y por otro ofrecer oportunidades a las nuevas propuestas de músicos terrassenses para actuar en directo y darse a conocer.
Más de doscientas personas acudieron a la primera parte del evento, celebrada en la Coral dels Amics. Julia Moumen fue una de las primeras protagonistas, llevando al escenario un proyecto que ha dado a conocer a través de Youtube con positivo resultado, esencialmente versionando canciones desde una óptica muy personal, y también empezando a dar a conocer algún tema propio. No es una artista con gran experiencia en directo, por lo que responde al cien por cien a la voluntad del festival de dar a conocer a artistas noveles de la ciudad.
Las versiones son también el terreno en el que mejor se mueven Gigi i Laura, un dúo de voces y guitarras de dos jóvenes artistas que tienen en común su lugar de veraneo, Rellinars, y un proyecto que ya habían presentado con antelación en el Teatre Principal y en un concierto benéfico por Nepal.
En la Coral Els Amics, la ronda de conciertos la cerró Tono Castelló, secundado por guitarra, ukelele y cajón y haciendo gala de su experiencia, tras su paso por otros grupos. El músico presentó un repertorio inédito.
Pequeño retraso
Tras este concierto, el foco de atención pasó a la Nova Jazz Cava, donde a primera hora el público aún no se había animado a entrar en la sala. Esto demoró la salida de Carles Ribes, el ex cantante y guitarrista de Amélie quien, tras abandonar la banda, se ha animado a presentar un proyecto propio, en solitario y en catalán, sobre el que ya trabaja para editar un primer disco.
Ribes, un leridano afincado en Terrassa que está relacionado con la ciudad desde sus primeros tiempos en Amélie, ofreció un concierto en clave acústica acompañado del guitarrista Ramon Margarett.
La parte más contundente de la noche llegó a continuación, con el concierto de Caseta. Esta banda que se nutre de la presencia de músicos de Matadepera y Terrassa, y que ya cuenta con una nada despreciable legión de fieles tras más de tres años de trabajo, ofrecieron un concierto en el que no faltaron los hits más deseados por su público, con un concierto que se presenta como antesala de la grabación de su disco de debut, el próximo mes de mayo. El disco se titulará “Naufragi” y para grabarlo está en marcha una campaña de verkami, para su financiación.
Sintonía original
Los Caseta dieron paso a las dos presencias estelares de la jornada, Joan Colomo y El Petit de Cal Eril. El primero de estos artistas sorprendió en su primer momento regalándole al Fred Festival una sintonía propia, que había traido elaborada desde casa y que se convirtió en un sampler recurrente a lo largo de todo el concierto. Fueron precisamente los samples, los loops y los efectos de guitarra y voz los elementos más utilizados por Colomo para divertir y sorprender. Ofreció un directo desordenado, a trío, en la línea de su personal genialidad, interpretando temas como “Enmienda a la totalidad” o “Tristesa”, de su último disco “Sistema”, junto con otros imprescindibles como “La fília i la fòbia”, “Tus pies”, “Els amigos” o “Màgic” (uno de sus temas más populares.)
El relevo lo tomó otro de los artistas referenciales de la actualidad musical, El Petit de Cal Eril, reinventándose como siempre y mostrando una vez más que una de sus grandes bazas es el directo. Con dos baterías en primer término, y una puesta en escena con tintes progresivos, y a veces psicodélicos (cuando no “jazzeros”), puso la guinda con un concierto espectacular, en el que destacaron canciones nuevas y antiguas, como “Partícules de Déu.”.