Las señales externas parecían inequívocas: un olor penetrante a marihuana y un ruido constante de maquinaria, un zumbido recurrente. La existencia de los efluvios y el sonido desagradable que surgían de un par de viviendas de Can Palet de Vista Alegre llegó a oídos de los Mossos d’Esquadra, que vigilaron los domicilios, contiguos, y corroboraron las sospechas en pocos días. Hallaron más de 2.000 plantas de maría y detuvieron a cuatro sospechosos, dos parejas, según fuentes próximas a la investigación.
El año pasado ya hubo quejas por ruidos y olores cannábicos, pero la policía no pudo demostrar que allí se cultivase marihuana a mansalva. Esta vez, al parecer, sí, a tenor de los resultados de las pesquisas que se iniciaron (se reanudaron) a principios de este mes de marzo. Las informaciones con que contaban los mossos hablaban de maquinaria funcionando las veinticuatro horas del día; y hablaban del olor a cáñamo, claro.
Agentes de la comisaría del Àrea Bàsica Policial (ABP) de Terrassa se dirigieron a Can Palet de Vista Alegre, como habían hecho meses antes. En esta ocasión observaron que en dos domicilios, contiguos, en un mismo edificio construido en un desnivel, el suministro eléctrico estaba presuntamente “pinchado”, con la conexión manipulada. Un indicio más, repetido en el caso de plantaciones de marihuana.
Defraudación
Los mossos dieron aviso a la compañía de suministro y unos técnicos de la empresa inspeccionaron la instalación el miércoles de la semana pasada, el 8 de marzo. Los operarios ratificaron la anomalía: la conexión, en efecto, había sido manipulada para evitar el pago del consumo. No sólo había presunta defraudación del fluido eléctrico; también se daba un riesgo cierto de incendio, según la policía. Confirmadas las sospechas, el siguiente paso de los mossos consistió en pedir la autorización judicial para entrar en las viviendas y registrarlas. El permiso, concedido por el juzgado de instrucción número 4 de Terrassa, llegó en unas horas.
Así, el 9 de marzo, el jueves, a las nueve de la mañana, se activó el operativo policial, en el que participaron agentes de la unidad de investigación y de seguridad ciudada, con la presencia también de inspectores de la compañía eléctrica.
Apenas hubo sorpresas. Los mossos encontraron en una de las viviendas 1.323 gramos de marihuana y un cultivo con 1.685 plantas de la misma droga (las matas estaban periodo de crecimiento), según fuentes próximas a la investigación. Y localizaron unas treinta bombillas y una balanza de precisión. En la otra casa decomisaron 482 plantas de maría, veintinueve gramos de hachís, 9.490 euros en efectivo, treinta bombillas y una defensa eléctrica.
La operación se saldó con cuatro personas detenidas, dos en cada vivienda. Dos parejas: un hombre de 37 años, otro de 32, una mujer de 46 años y otra de 33. Todos españoles menos uno, una de las mujeres, que es de nacionalidad francesa.
Tres de los detenidos, dos varones y una mujer, pasaron a disposición judicial el sábado; el magistrado los dejó en libertad, pero imputados. La otra persona arrestada fue liberada por los mossos antes de su comparecencia en el Palacio de Justicia, pues tenía menores a su cargo; también figura como investigada en el proceso.