Tal día como hoy hace un siglo, el 11 de marzo de 1917, se publicó el primer número de la revista TBO. El terrassense Jordi Manzanares, que ya rescató del olvido una publicación infantil nacida en nuestra ciudad (en el libro "Alegría. Una revista per combatre En Patufet", Premi Rovelló de ensayo), ha escrito ahora la historia de la más popular, emblemática y lóngeva de las cabeceras españolas de cómic en "100 anys. El tebeo que va donar nom als altres". Manzanares la ha investigado con el mismo rigor que si un tema de historia general o científico se tratara, poniéndola en contexto con la sociedad, la cultura y la política de las épocas que atraviesa. De esas páginas añejas y entrañables habla con una erudición inagotable y un entusiasmo contagioso, y acabamos lamentando juntos que no exista en ninguna parte una colección entera de TBO, y que algunos de sus números estén, al parecer, irremediablemente perdidos.
¿Qué es el libro "100 anys. El tebeo que va donar nom als altres?
Un repaso a la trayectoria de TBO, la publicación española de historietas con una trayectoria más larga (con interrupciones, se editó durante más de ochenta años, entre 1917 y 1998) y cuyo nombre acabó siendo el de todas las publicaciones de historietas. Ya en 1931 surgió la canción "Yo quiero un tebeo", lo que demuestra que la palabra estaba enraizada. La RAE la aceptó en 1968, y, en catalán, también el Institut d’Estudis Catalans la incluyó en su diccionario.
¿TBO fue el primer tebeo?
No. Habían habido antes revistas como Dominguin, que se publicó en 1915 y 1916, y era casi toda de historietas. El modelo ya existía. De hecho, cuando TBO nace, se parece más a En Patufet, con muchos textos y pocas historietas. Pero nueve semanas después de lanzarlo, su editor, Artur Suárez, vendió la cabecera a Joaquim Buïgas i Garriga, hijo de arquitectos, y aficionado a la literatura, que había estado en Argentina. Allá debió haber conocido, entre otras publicaciones, la de humor gráfico Caras y Caretas.
¿Qué hizo Buïgas con TBO?
Lo modernizó. A partir del número 10 es diferente, cada vez con más historietas. Al finalizar la década de 1920 ya es toda de historietas, y incorpora dibujantes muy buenos, como Opisso, Urda o Benejam.
Un éxito truncado por la guerra. Se publicó en la zona republicana hasta 1938 y su número 1.097. ¿Luego?
Finalizada la guerra, TBO no pudo volver a salir porque el nuevo regimen creó un monopolio de publicaciones infantiles, y a los editores que no formaban parte de él no se les daba papel ni permiso para publicar una revista periódica. De modo que, desde inicios de la década de 1940, TBO se publicó simulando que cada número era una publicación unitaria, esto es, añadiendo un título distinto al logotipo de "Ediciones TBO" ("Àlbum cómico de…", "Hojas recreativas de..").
¿Hasta cuando dura esta situación?
Hasta marzo de 1952, en que apareció con "TBO" simplemente como título, arrancando con el número 1 y la indicación "segunda época". Es cuando se promulga la ley de prensa, y los cambios internos en el régimen franquista se traducen en la pérdida de peso de los sectores falangistas, y el ascenso de los cercanos a la Iglesia y al Opus Dei. La legislación, entonces, se vuelve mucho más estricta en aspectos como los morales. Las primeras historias de "La familia Ulises", serie que empieza a publicarse en 1944, son de una crítica a la sociedad del momento muy mordaces. En una de ellas se comen el perro, algo impensable desde 1952.
¿El contenido de TBO, entonces..?
Acentúa la línea más blanca e inocente, que perdura de generación en generación, y que es el TBO que conocimos los que éramos niños en las décadas de 1960 y 1970. Su máxima difusión la consigue en 1957, en que era quincenal, con 350 mil ejemplares. Entre 1957 y los primeros años sesenta la Seat lanza el 600, nace TVE, y se introduce un cambio en el concepto de ocio de las clases populares. Y además, las revistas de la editorial Bruguera comienzan a ser una competencia brutal. Todo ello explica el paulatino descenso de las ventas de TBO.
Que seguía teniendo sus fieles.
Tenía muchos lectores adultos, que no quieren cambios. La empresa se reafirma en su línea conservadora, y año tras año las ventas van bajando. En 1972 hacen una reconversión, y nace TBO 2000. (El nuevo título sale de sumar los números ordinarios, pero el recuento está mal hecho. El diseño cambia y se incorporan historietas de siete páginas, material francobelga y dibujantes muy jóvenes (Tha, Mir). Este nuevo TBO conectó con lectores jóvenes, pero a los mayores no les gustaba nada. Llega un momento en que la empresa opta por reeditar exclusivamente material antiguo, hasta que cierra en 1983.
Las últimas etapas fueron breves y turbulentas.
Tras el cierre, es vendida a la familia Bruguera, que lanzó un nuevo TBO con Joan Navarro como director, Pero siete semanas después, Bruguera cerró. Ediciones B recuperó TBO en febrero de 1988, dirigido por Victor Mora. Era un producto bastante digno, y fue la última publicación de Ediciones B que cerró en el número 105, en 1998). Desde entonces solo se han publicado tomos recopilatorios.
¿Es cierto que no existe ninguna colección completa de TBO?
Sí, y cualquier estudio se encuentra con el problema (con el que ya me topé cuando investigué la revista Alegria) de que hay números desaparecidos. Los editores tenían una colección entera, el destino de una parte de la cual se desconoce.
LOS DATOS
Título: "100 anys. El tebeo que va donar nom als altres"
Autor: Jordi Manzanares
Editorial: Diminuta
Precio: 20 euros