La jornada de huelga de ayer en la enseñanza pública era la segunda de este año pero en este caso tuvo una convocatoria más amplia puesto que partía del Marco Unitario de la Comunidad Educativa (MUCE) que reúne a asociaciones y movimientos de todos los sectores, incluyo a padres de alumnos.
Se esperaba, pues, que además de los estudiantes hubiera una mayor repercursión en el sector de la docencia. Consultados los centros de Terrassa de primaria y secundaria públicos, se constató que la movilización tuvo poca incidencia o muy desigual. Las escuelas de primaria públicas realizaron clase con normalidad y sólo hubo algún caso puntual, como la Escola Roser Capdevila, en el que hubo un grupo de maestros que secundó el paro y que hubo pocos alumnos en clase. En cuanto a institutos, la mayoría contó con todo el profesorado pero se suspendieron muchas clases porque el ochenta por ciento de alumnos de segundo ciclo de la ESO, bachillerato y ciclos formativos faltó dando apoyo a la movilización.
Seguimiento desigual
Desde el sindicato de CCOO, uno de los convocantes, reconocieron que el seguimiento de la huelga fue desigual en Catalunya, tanto en el territorio como por sectores, lo que atribuyó a que "venimos de un proceso de negociación y acuerdo con el departamento de Ensenyament por el personal docente de la enseñanza pública no universitaria", señaló el secretario general de la Federación de Educación del citado sindicato, Manel Pulido. A pesar de ello, el sindicato destacó el hecho de que "toda la Comunidad Educativa apoye la huelga" y aseguró que los padres "han acompañado al profesorado en las diferentes manifestaciones que se llevaron a cabo durante el día de ayer en Catalunya". Por su parte, el departamento de Ensenyament de la Generalitat aseguró que, según sus datos, sólo un 2,9 por ciento de los 82.734 docentes y del personal de administración y servicios de escuelas e institutos públicos secundaron la protesta educativa. Según las mismas fuentes, el seguimiento de la jornada de huelga fue escaso, y se situó por encima del cuatro por ciento en las comarcas del Baix Llobregat y Vallès Occidental, mientras que en Lleida y Catalunya central no llegó al uno por ciento, según recogió la agencia Efe.