La presidenta del Parlament de Catalunya, Carme Forcadell (60 años), visitó el domingo las instalaciones del Club Egara, donde presenció en directo el partido de la División de Honor femenina de hockey entre el Club Egara y el Atlètic que se adjudicaron las locales. Forcadell aceptó la invitación de la entidad terrassense coincidiendo con la proximidad del Dia Internacional de la Dona Treballadora, que se celebró ayer. En el descanso del encuentro aprovechó para escribir unas palabras (muchas) en el libro de honor del Club Egara. Forcadell llegó a la presidencia del Parlament el 26 de octubre de 2015, hace ya más de 16 meses. La segunda mujer de la historia que ostenta el poder legislativo del país atendió también en exclusiva a este rotativo.
¿Qué le ha llevado a aceptar la invitación del Club Egara?
Estoy muy contenta de estar aquí. Me hacía muchísima ilusión poder venir a ver un partido femenino. Y más tratándose de un deporte más minoritario. Es especialmente significativo, porque el día 8 de marzo es el Dia Internacional de la Dona Treballadora. Desde el Parlament estamos trabajando también por la igualdad. Siempre es importante apoyar al deporte femenino.
No le ha tocado una legislatura fácil para presidir el Parlament.
No. Tiene usted toda la razón. Pero ya lo sabíamos. No es algo que nos venga de nuevo a ninguno de los que estamos en estos momentos en el Parlament.
¿Podremos votar en referéndum el mes de septiembre?
Absolutamente sí. Se comprometieron a ello tanto el presidente como el vicepresidente. Y yo confío plenamente en el presidente y el vicepresidente de mi país.
¿Qué les diría a aquellos que no ven claro que se pueda acabar votando?
Tenemos un gobierno que lo dijo desde el primer día. Recuerdo perfectamente que el President Puigdemont dijo “referéndum o referéndum”. Por lo tanto se hará. El gobierno ha dicho y hecho todo lo posible para que haya referéndum. Y nos gustaría que el referéndum fuera pactado con el Estado Español. Se está trabajando para ello. Pero yo no tengo ninguna duda de que se hará. A la gente que es algo escéptica les diría que confíen en el gobierno y en el President de Catalunya.
¿Qué opinión le merece que el gobierno español siente en el banquillo de los acusados al President Artur Mas, la vicepresidenta Joana Ortega y la consellera de Ensenyament Irene Rigau?
Es un error mayúsculo. Nosotros hemos dicho muchísimas veces que estamos abiertos a negociar. Creo que hay que hablar. Nosotros estamos siempre a favor del diálogo. Siempre, siempre hay que tener la mano tendida. Hasta el último momento. Esto es algo primordial. A nosotros nos gustaría que esa negociación fuera posible.
Pero la solución no se antoja nada fácil.
Es verdad que estamos en una situación complicada y parece que no hay forma, no ya de negociar, sino ni tan siquiera de que el Presidente Rajoy y el President Puigdemont puedan verse. Había incluso una cita concertada y desde la Moncloa la anularon. Pero nosotros debemos estar siempre dispuestos a hablar. El diálogo siempre es bueno y necesario.
¿Pero se puede hablar con alguien que no quiere escuchar?
Pero por nosotros no tiene que quedar. Debemos hacer todo lo posible para que conozcan nuestra voluntad y predisposición al diálogo. En todo caso, que sean ellos los que se nieguen a dialogar.
Con el proceso de por medio, ¿son muy intensas las sesiones del Parlament?
No he estado en anteriores legislaturas. Lo que sí puedo decirle es que las actuales son muy intensas. Pero, pese a esa intensidad, hay respeto. Fuera del Parlament hay muy buen ambiente. Es normal que exista tensión dentro de la sala de sesiones, porque cada uno defiende legítimamente sus posiciones. Pero fuera, el ambiente es muy bueno y muy respetuoso. Y creo que debemos estar muy orgullosos de que esto sea así.
Cuando presidía la Assemblea Nacional Catalana, ¿se imaginaba que un día acabaría presidiendo el Parlament?
En absoluto. De ninguna manera. Cuando estaba allí me imaginaba que haríamos el referéndum. Eso sí, porque era una cosa que quiere más del 80 por ciento de los ciudadanos y ciudadanas de este país y por lo tanto es normal que se haga. Pero de ninguna manera me veía como presidenta del Parlament.
¿Le costó dar el paso de la sociedad civil a las instituciones, y más concretamente a la primera línea de la política?
Es algo que siempre cuesta. Pero entendimos, no sólo yo sino toda una serie de personas que nos presentamos, que era una situación excepcional. Estábamos ante unas elecciones plebiscitarias y dada esta situación excepcional decidimos dar este paso.
¿Qué opinión le merece que se admita a trámite la querella contra usted y se la cite a declarar en el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya por haber permitido la votación de las conclusiones de la comisión de estudio del proceso constituyente en el pleno del Parlament?
Es algo increíble. El Consell de Garanties ha realizado su dictamen, pero hay que recordar que deben ser los grupos parlamentarios y el gobierno quienes deben tomar la iniciativa. El dictamen no es vinculante y ahora hay que decidir lo que se hace. Como Parlament, nosotros nos hemos limitado a publicarlo, que era lo que nos tocaba hacer.