CLAUDIA
Obra de teatro de creación colectiva con Claudia Victoria Poblete Hlaczick, Carles Fernández Giua y Eugenio Szwarcer. Compañía: La Conquesta del Pol Sud. Dirección: Carles Fernández Giua. Domingo, 5 de marzo. Teatre Municipal Alegria de Terrassa.
Relato dramático en primera persona en estado puro. Así nos llegó la historia de Claudia, una de las miles de niñas robadas en tiempos de la dictadura argentina, que ella misma contó a los espectadores del Teatre Alegria. Claudia explicó que a los 22 años, cuando estaba estudiando ingeniería informática, recibió una carta que le cambió la existencia porque, a través de ella, descubrió que había sido sustraída para ser entregada a una familia del entorno militar.
La protagonista rememora su infancia, adolescencia y juventud en su casa y con su familia. Cuenta que se llamaba Mercedes y que vivía en una vivienda acomodada, donde su padre que no lo era de verdad ejercía de teniente coronel. A ella no le faltó nunca de nada o, al menos, nada de lo que se consideraba que debían tener los niños de su clase de buena posición y con poder. Y eso se traducía en una buena educación y formación, y también en algún que otro capricho de la edad.
Ya en la universidad, encauzando su futuro profesional como ingeniera informática, la hija del militar y gran lectora recibe una misiva mediante la que su vida da un giro de 360 grados. La carta es reveladora en cuanto que le informan que su familia la está buscando y que se ponga en contacto con ella.
La noticia le provoca tanto desconcierto como angustia pero decide comprobar si es cierto. Y sí lo es. Mercedes llega hasta su abuela (una de las abuelas de la conocida revolución de la Plaza de Mayo) y está le cuenta que fue una niña robada por la dictadura y entregada a una familia de militares y que sus padres fueron torturados y asesinados por el régimen. Mercedes deja de ser Mercedes; es Claudia, siempre fue Claudia, hija de un padre chileno y de madre alemana y de los que apenas tuvo tiempo de sentir su amor y su calor.
Nota alta
La puesta en escena de esta obra a cargo de La Conquesta del Pol Sud merece nota alta por muchos aspectos y subrayamos dos. En primer lugar por el contenido, porque Claudia es un testimonio real por lo que nadie como ella puede explicar tantos sentimientos a flor de piel. Y, en segundo lugar, por la forma, porque el relato se apoya con imágenes de los hechos sucedidos y con testimonios entrevistados.
El montaje, con gran dosis de carga social, cumple con su propósito que es el de hacer memoria histórica y en este caso sobre el caso de las treinta mil personas desaparecidas por el regimen argentino en la década de los setenta. Nos interesó la historia de Claudia porque la compañía aborda el tema con mucho realismo y sensibilidad en su justa medida, dando voz a muchos que sufrieron el drama.
Del relato de Claudia retuvimos algunos pasajes. Nos cautivó cuando aún Mercedes empieza fisgoneando en la gran librería de su padre, el militar, y elige por azar libros de ciencia que la hacen viajar hacia el Universo y los planetas. Nos estremeció cuando descubre su verdadera identidad y sus sentimientos se enfrentan continuamente hacia la madre verdadera y la que apenas conoció.
Nos pareció un buen hallazgo también ese símil en el que Claudia aparece a menudo detrás de una persiana, a media luz, con una máquina de coser, uniendo un trozo de ropa con otro, hasta formar una pieza de tela para darle un uso para el vestir o para el hogar. Claudia hilvana la tela al tiempo que teje y recompone su pasado.
