Terrassa

La emigración al extranjero supera por cuarto año a las llegadas

La crisis ha girado como un calcetín las estadísticas de las migraciones en la ciudad, donde hasta 2.008 llegaban anualmente una media de 3 mil nuevos residentes. El saldo migratorio en 2015, el último que reflejan las estadísticas del INE y el Idescat, arroja un incremento de población de apenas 108 personas y un único balance negativo, el de las migraciones con el extranjero.

Por cuarto año consecutivo abandonaron la ciudad con destino aotros países más personas de las que se dieron de alta en el padrón. Concretamente en 2015 llegaron a Terrassa procedentes del exterior 2.089 personas, 500 más que en los últimos tres años. Por contra, 2.319 se dieron de baja en el censo con destino a otros estados, en un éxodo que arrancó en 2008 y parece no tener freno.

El flujo de las migraciones externas arroja un balance negativo de 230 habitantes. El dato, sin embargo, no empaña el cómputo del global de las migraciones en la ciudad, que en 2015 se cerró con un saldo positivo de 108 habitantes.

La clave está en las entradas y salidas de población con destino al resto de España o de Catalunya. En ambos casos llegan más personas de las que se van. El balance con el resto del territorio español es el mejor de la década -125 habitantes a favor-, y el de Catalunya oscila cada año, aunque siempre en cifras positivas.

Nacionalizaciones
En este caso el mayor flujo se produce dentro de la provincia de Barcelona, probablemente con el área metropolitana, aunque los datos (+125 habitantes en 2015) están muy lejos del estallido migratorio que vivió la ciudad durante el boom inmobiliario. Entre 2002 y 2005 las idas y venidas dentro de la provincia de Barcelona se saldaron con un incremento de 5.339 personas.

El mercado laboral es el principal factor que condiciona los flujos migratorios de los últimos años. Así lo apunta el teniente de alcalde de Servicios Generales y Gobierno Abierto Alfredo Vega. "En las migraciones externas la casuística es muy variada. Por un lado el retorno a sus países de algunas personas extranjeras que llegaron a la ciudad y por otro el movimiento de jóvenes que cambian de país por razones de trabajo, estudios o para vivir una experiencia vital",

La globalización de la economía también se reserva cuota en el flujo migratorio externo. Son los profesionales que realizan estancias de trabajo en el extranjero.

Y las nacionalizaciones, un factor que "tiene trampa y que no podemos cuantificar", explica Vega.

Durante los últimos años se han disparado las regularizaciones de personas extranjeras que ya han cumplido el periodo de permanencia necesario para obtener la nacionalidad española. Quienes la consiguen desaparecen del padrón de extranjeros.

Conviene tener en cuenta el dato a la hora de analizar el censo de población extranjera de la ciudad, que a 1 de enero de 2016 era de 24.900 personas, según los datos de Idescat.

La cifra supone un descenso consecutivo de 6 años, durante los cuales miles de ciudadanos de origen extranjero han abandonado Terrassa en busca de un futuro laboral que la ciudad no les ofrecía.

La mayoría de ellos son personas de origen latino que regresan a su país o a estados de Sudamérica y Centroamérica que atraviesan una situación económica emergente, como Méjico o Brasil .

En 2016 la ciudad de Terrassa registraba un porcentaje de población extranjera del 13%, muy lejos del 17,5% del año 2010, cuando el estallido de la burbuja inmobiliaria aún no había provocado una nueva diáspora.

Parte de ese descenso de población extranjera, insiste Alfredo Vega, puede responder a la nacionalización de ciudadanos de otros países. No hay datos estadísticos de este fenómeno, pero el padrón de Terrassa da pistas de la envergadura del mismo. "En 2014 habían censados en Terrassa unos 3 mil ecuatorianos y 900 en el año 2016", detalla el concejal Alfredo Vega.

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