La sustitución, este año, del Rey Carnestoltes por toda una asamblea, la Chuchamblea Copular, representada por Les Cutons Berbeneros, cuatro mujeres, no impidió, ayer por la noche, en la ceremonia del entierro, una nueva victoria de las fuerzas de la Cuaresma sobre los partidarios de prolongar el carnaval. Tres de Les Cutons Berbeneros ya ardieron el domingo, muy rápidamente tras tanta bebida y tanta juerga, y sus cenizas estuvieron expuestas, en bonitas urnas funerarias, el lunes y el martes, y la cuarta fue la que finalmente resultó quemada ayer en el Parc de Vallparadís. Dejó, como cada año, un testamento, leído por el Bisbot en el momento posiblemente más esperado del espectáculo de clausura.
Intransigentes y corruptos
Estas últimas voluntades del Carnestoltes, "de obligado cumplimiento", son siempre un repaso a la actualidad, en clave de irónicas pero duras críticas a políticos, instituciones y personajes públicos, que invita a lanzar a la hoguera. Así, Los primeros que el testamento "quemó " fueron "los intransigentes que no entienden el espíritu de transgresión y ‘disbauxa’ de nuestro Carnestoltes". Siguió con los gobernantes "que construyen muros y ponen barreras a los movimientos migratorios y alientan la xenofobia entre la población" y "la manipulación y los populismos".
Les Cutons también se posicionaron en el tema del agua, "un bien común que tenemos derecho a gestionar", para a continuación arremeter contra poderes diversos, tales como "el gobierno español, que con la judicialización de la política impide reiteradamente el derecho a decidir del pueblo catalán", o "el Partido Popular, el más corrupto de la historia de España".
El testamento tampoco salvó de la hoguera al alcalde Jordi Ballart, por la "adjudicación de la dirección del Parc Audiovisual, el Síndic de Greuges, el envejecimiento de la flota de autobuses". Y no se olvidó de la "los desahucios, la subida de los precios energéticos, la caída de los salarios y el poder adquisitivo", ni del " macho ibérico asesino", al que "se le ha de sacar su veneno". También dijo que "basta de privilegios para Iñaki, la princesita Cristina y su familia, para que la justicia sea igual para todos", y que "el pueblo catalán quiere ser libre y republicano", criticando "el españolismo más casposo que impide la libertad de expresión".
Ni siquiera la entidad organizadora del carnaval se libró de las críticas de las "cutons". "Este año la Mascarada no se salva de la ‘socarrimada’ , por el cartel poco transgresor y el programa carrinclón habrían de quemarse al fuego del carbón. Y hasta aquí nuestras últimas copulaciones. !Viva el Carnestoltes de Terrassa y la transgresión!".
Un espectáculo fúnebre
La ceremonia del Enterrament se desarrolló, por otra parte, según sus características habituales, aunque este año Mascarada introdujo pequeños detalles que afinaban la simbología original de algunas escenas. La comitiva fúnebre realizó su recorrido desde el Raval hasta el Parc de Vallparadís, ante el Castell Cartoixa, donde La Pàjara lloró el duelo, y la coral cantó los responsos. Los Diables se hicieron con el cadáver de la "cuton" para colocarlo en la hoguera, y recitaron sus "Versots", que también darían caña a políticos e instituciones. Bailaron les Donzelles, que fueron reducidas por los Quaresmots, y apareció l’Esparver, puesto en fuga por los Bastoners. Pero los Diables lograron quemar a la Cuton, y las danzas de los esqueletos y el Fantasma de la Mort sentenciaron la definitiva victoria de la Cuaresma.