La epidemia de la gripe se ha dado por finalizada después de dos meses de actividad frenética en las urgencias hospitalarias. El brote se despide arrojando nuevos indicadores estadísticos que apuntan a un incremento continuado de los ingresos hospitalarios graves en los próximos años. La población envejece y todo apunta a que en futuros inviernos los brotes epidémicos serán más lesivos.
La tendencia ya se ha dejado sentir este año, según el informe presentado en el último consejo municipal de salud por Joan Parellada, director del sector sanitario Baix Nord, Valles Occidental Est i Oest. Los datos apuntan a una estabilización de las urgencias atendidas tanto en el Hospital Universitari MútuaTerrassa como en el Hospital de Terrassa -aumentaron en diciembre y descendieronenenero- y un repunte significativo de los ingresos.
Entre diciembre y enero, periodo de máxima actividad de la epidemia gripal, los dos hospitales egarenses atendieron entre 700 y 750 ingresos cada uno. La cifra supera con creces las altas hospitalarias del año anterior, que en el mismo periodo se situaron entre los 550 y los 650.
Este invierno la epidemia de gripe se ha adelantado en el calendario, arrancando en las fechas navideñas hasta entrado febrero. Los ingresos registrados durante ese periodo superan las subidas a planta del pico epidémico del año pasado, que fue en febrero. En esa fecha Mútua apenas superó los 600 ingresos y el Consorci Sanitari rozó los 700.
"Este ha sido un año con pacientes de más edad y con polipatologías", comenta Joan Parellada. El director del sector sanitario explica que durante los meses de diciembre y enero "la morbilidad ha aumentado un 50%, en parte con la gripe como desencadenante".
El fenómeno puede tener un componente cíclico, pero las autoridades sanitarias dan por sentado que la demanda de urgencias y la incidencia de las actividades epidémicas continuará en aumento los próximos años. Especialmente los ingresos graves de pacientes crónicos, personas mayores con patologías cardiorespiratorias que se descompensan al entrar en contacto con el virus de la gripe, o con cualquiera de los procesos catarrales que proliferan antes y después de la declaración del brote epidémico.
La pirámide de edad se estrecha por la base y las generaciones del baby boom de los años 55-60 del pasado siglo se acercan a la edad de la jubilación. El panorama de futuro es el de una población numerosa de personas mayores cuyas necesidades obligarán a cambiar la orientación del sistema sanitario.
"Ya lo estamos haciendo -comenta Parellada-, Se han reforzado los servicios de atención, pero tenemos que caminar hacia el mantenimiento de una mayor autonomía y autocura de las personas sanas"
Este invierno los hospitales activaron el PIUC (Pla Integral d’Urgències de Catalunya) en cuanto se disparó la demanda en diciembre. Mútua ha reforzado con 32 camas la planta específica para epidemias y el CST con 28, según el informe del sector sanitario.
Durante la epidemia se han incrementado las plantillas de urgencias y en planta los fines de semana. Se ha reforzado el cribaje, se han habilitado espacios de observación (hospitales de día) y se ha adaptado la programación quirúrgica, desprogramando intervenciones convencionales y liberando así camas para las estancias largas procedentes de urgencias.
En la atención primaria se ha estrechado el control de los pacientes de mayor riesgo, con llamadas telefónicas y visitas domiciliarias. Durante las vacaciones de Navidad se ha garantizado el 50% de la plantilla y se ha incrementado el personal de atención continuada los sábados, domingos, festivos y en el servicio de atención domiciliaria (SAD) nocturno.
El dispositivo ha funcionado, pero no ha evitado puntas de saturación y enfermos en los pasillos de las urgencias en los momentos más críticos de la epidemia de gripe.
El informe presentado al consejo municipal de salud recoge algunas de las limitaciones a las que se enfrenta el sistema en los momentos de máxima tensión. Una de ellas es el contagio de la plantilla, que este invierno ha dejado bajo mínimos algunos dispositivos
También la irregularidad de la demanda en urgencias, con momentos de saturación y demora, así como las desprogramaciones quirúrgicas para liberar camas. El informe también apunta "la dificultad de disponibilidad de los profesionales en algunas circunstancias, ya que también quieren compatibilizar la vida laboral y familiar".