Terrassa

Una ingeniera de altos vuelos

El día que me llamaron de la Nasa para decirme que podía trabajar con ellos no me lo podía creer. Hasta hoy ha sido lo mejor que me ha pasado en la vida”. Fue una de las sensaciones que relató ayer Keri Bean, ingeniera en la agencia espacial de Estados Unidos, en su visita al campus de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) en Terrassa, y en el contacto que tuvo con la prensa antes de dar una conferencia a los alumnos. Para esta joven científica, de 28 años, que cursó estudios superiores en climatología en la Universidad de Texas, entrar en la Nasa era un sueño, el anhelo que perseguía desde muuy joven. “Desde pequeña estaba interesada en los fenómenos climatológicos pero fue en bachillerato cuando ya decidí que quería dedicarme a ello. Después tuve la suerte de tener un profesor que estudiaba el clima en misiones espaciales y hablaba de ello con tanto entusiasmo que me contagió. Y al término de mi carrera hice un master sobre el clima en el planeta Marte”.

Keri Bean, que estuvo acompañada por Núria Salán, subdirectora de promoción del alumnado y por Sara Argudo (traductora), es hoy una de las ingenieras en planificación y secuencia de operaciones de la Nasa más valoradas. Trabaja en el Jet Propulsion Laboratori (JPL) y su tarea consiste en procesar los datos climatológicos para los proyectos de investigación y exploración espacial.

Afortunada
Esta, su actividad, le ha permitido seguir de cerca diversas misiones al espacio, a planetas, asteroides… “Soy una traductora de toda la información que recabamos sobre el clima y que después debemos proporcionar a la comunidad científica para que pueda hacer sus predicciones cuando debe realizar una misión aeroespacial. Es una tarea relevante -consideró- porque la cantidad de información que debemos reinterpretar es inmensa pero muy necesaria porque facilita muchísimo la vida de los que deben programar las misiones”.

La científica, que habló de su trabajo muy motivada, subrayó que es muy afortunada porque ha tenido la oportunidad de asistir a momentos muy vibrantes. “Mi equipo es de los primeros que ha tenido la ocasión de ver qué pasa cuando una nave llega a su destino, por lo que somos los primeros en compartir lo que se ve”. Al respecto rememoró que “en una de las misiones a Marte visualizamos que el aeronave tenía problemas de avanzar sobre el espacio, que las ruedas se paraban, que se paralizaban, y el motivo es que habían hallado agua”. A pesar de estar codo a codo con quién participan en las misiones, Keri no se ha planteado cambiar el laboratorio por la nave espacial. “No, no, eso es un reto muy difícil para mí por varias cosas pero una de las fundamentales es que yo soy muy reacia a los médicos, a las pruebas médicas, por lo ya estoy descartada. Los astronautas deben reunir unas condiciones físicas determinadas y se someten a chequeos médicos contínuamente”.

La ingenieria significó también que estaba muy ilusionada de haber aceptado la invitación de la Escola d’ Enginyeries Industrial, Aeroespacial i Audiovisual de Terrassa (Eseiaat) de la UPC. Contó que suele viajar para dar conferencias en las universidades más prestigiosas del ámbito aeroespacial y tecnológico en todo el mundo pero que suele venir poco a Europa, salvo a Alemania, donde tiene familia.

En equipo
Keri señaló que le gustaba compartir su experiencia con futuros ingenieros y que su mensaje para ellos siempre es optimista. “Todo el mundo puede alcanzar su sueño. Eso sí con mucho esfuerzo y con empatía para trabajar en equipos multidisciplinares. El individualisno no cabe”.

Quiso significar también que en su equipo de planificación y operaciones hay una setenta por ciento que son mujeres y que son brillantes. Al respecto, añadió que por ese motivo le gusta estar con los jóvenes, visitar escuelas, para que se visualice que la mujer, con vocación científica, puede llegar igual o más lejos. “Muchos sectores, también el aeroespacial, estaba y está reservado a los hombres pero hay que preservar y luchar por lo que quieres. Con el tiempo, las cosas cambian”. Al respecto ejemplarizó que ahora, en la Nasa, la plantilla es joven y que está repartida casi al cincuenta por ciento, una equidad que valoró satisfecha.

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