El viento volvió a provocar desgracias dos años y poco después de aquella tremenda jornada que dejó en Terrassa dos jóvenes fallecidos y miles de árboles arrancados. El domingo por la tarde y ayer, sobre todo de madrugada, el vendaval llevó de cabeza a los servicios de emergencias en Terrassa, pero el incidente de mayor gravedad ocurrió fuera de la ciudad aunque afectó a terrassenses. Dos personas resultaron heridas, muy graves, al caerles encima un árbol en la población de Salou.
Las víctimas son un hombre de 60 años y una mujer de 61, una pareja. El domingo, a eso de las seis de la tarde, se encontraban en el paseo del 30 de Octubre de la ciudad costera. El Ayuntamiento está a pocos metros. Al parecer, acababan de estacionar el coche junto al entoldado donde se había celebrado en los últimos días una fiesta invernal y la ventada hizo caer un árbol de grandes dimensiones que los golpeó, provocándoles traumatismos craneoencefálicos, entre otras lesiones. Según Diari de Tarragona, agentes locales y el vigilante del entoldado socorrieron a las víctimas antes de la llegada de efectivos del SEM, que trasladaron a la pareja al hospital Joan XXIII. El estado del hombre era crítico.
En Terrassa hubo decenas de incidencias, ninguna de gravedad en cuanto a daños personales. Transitar por la ciudad era empresa arriscada el domingo por la tarde. Los árboles se tambaleaban y cayeron unos cuantos. Y farolas. Dos motos fueron derribadas por la ventada, una al lado de la otra, en la intersección de la calle de Manresa con la plaza de l’Aigua.
Bombers de la Generalitat recibió cincuenta avisos entre la una de la tarde del domingo y la mañana de ayer, la mayor parte de ellas a partir de las siete de la tarde de anteayer. La cifra de alertas a la Policía Municipal rondó las treinta en el mismo periodo. El grueso de los avisos se debió a desprendimientos en edificios: a planchas que se habían desplomado o corrían peligro de hacerlo, a tejadillos de fibrocemento en la misma tesitura, a revoques de fachadas, a una toldo con riesgo de caer a la calle. El momento álgido del temporal de viento derribó decenas de vallas.
La Policía Municipal intervino en trece puntos por daños en mobilliario urbano: seis actuaciones obedecieron a árboles caídos, dos a semáforos, tres a farolas del alumbrado público, una a cables eléctricos y una a contenedores de residuos desplazados por la ventada.
Cuatro coches estacionados resultaron dañados al ser alcanzados por elementos del mobiliario urbano. En Can Tusell, una farola desplomada alcanzó a vehículos aparcados. Vecinos del barrio ya habían alertado del mal estado de la parte inferior de esa pieza.
El Ayuntamiento había activado el domingo, a última hora, el plan básico de emergencia municipal en fase de alerta, poniendo en marcha un centro de coordinación formado por la policía, el departamento de Gestión del Espacio Público, el 010 y Protección Civil, junto con los Mossos d’Esquadra. Una de sus primeras decisiones fue el cierre preventivo del Parc de Sant Jordi, uno de los espacios del casco urbano más estragados por el vendaval de diciembre del 2014. En la actualidad, además, hay instalado en el parque un gran andamio para las obras de rehabilitación de la Masia Freixa, lo que acrecentaba el peligro potencial para los usuarios. Ayer, a las 11.15 de la mañana, y previa inspección de unos técnicos municipales, el Ayuntamiento reabrió el Parc de Sant Jordi.
El centro de coordinación municipal registró más de setenta incidencias hasta media mañana de ayer. Por los árboles caídos, una docena, pero también por las señales de tráfico dobladas por el viento (cayeron seis) y por las planchas metálicas que el vendaval hizo volar. En el Mercat de la Independència se desprendieron trozos del revoque. Durante la noche del domingo al lunes no se llevó a cabo el servicio de recogida de basuras, que Eco-equip reanudó a las 8.30 de la mañana de ayer. El suministro de electricidad también quedó perturbado por las inclemencias meteorológicas: el Consistorio tuvo noticia del corte de luz a 112 abonados, aunque los lugares afectados recuperaron el fluido a primera hora de la mañana.
Poco a poco se aplacó la furia del viento y el Ayuntamiento desactivó al mediodía el plan. El Servei Meteorològic de Catalunya ya había previsto que en Terrassa no se iba a superar el listón de riesgo en las horas siguientes. Pero los vestigios de los desperfectos obligaron a los servicios municipales a seguir en la brecha durante unas cuantas horas más. Las actividades deportivas en exteriores de equipamientos municipales, suspendidas durante el plan de emergencias, pudieron realizarse.