La Associació Clúster de la Biomassa de Catalunya, que agrupa a 30 empresas del sector, ve la planta pública de la biomasa que promueve el Consell Comarcal del Vallès Occidental como un elemento distorsionador en un mercado en alza y advierte que el equipamiento no es necesario ni será viable.
Así lo expone en el escrito de alegaciones presentado al expediente de contratación, mediante concesión administrativa, del servicio vallesano de biomasa. Las alegaciones han sido desestimadas en sesión plenaria por un Consell Comarcal que, lejos de considerarlo una amenaza, defiende el nuevo equipamiento público de biomasa forestal como "un elemento dinamizador de un mercado que no existe. Precisamente lo estamos potenciando", defiende Joan Ballbè, consejero de Territori i Salut.
El sector ha expuesto su posicionamiento en reuniones de trabajo con el Consell antes de formular sus alegaciones, en las que argumenta que no hay una red de calderas en el Vallès que necesite de astillas de madera (biomasa) para su funcionamiento y, por tanto, que justifiquen la existencia de una planta pública de producción.
"No hay ninguna instalación actual de consumo de biomasa en el Vallès Occidental que necesite materia prima a precio competitivo", sostienen los empresarios del sector. En ese contexto, no creen "indicado promocionar la creación de un centro logístico de biomasa forestal con recursos públicos".
Los empresarios ven en la iniciativa comarcal un factor de competencia que condicionará la evolución del sector en los próximos años. Argumentan que, si vende astilla a los municipios, el nuevo servicio "podrá entrar en competencia con los productores de biomasa locales en unas condiciones de producción que no están reguladas por el mercado libre".
Para que el equipamiento sea viable, además de vender astilla a las dos calderas propiedad del Consell (se están instalando en el Hospital de Terrassa y en la UAB), el concesionario deberá proveer a otras instalaciones 1.190,37 toneladas al año de astilla a 95 euros la tonelada puesta en caldera". Los empresarios explican que la astilla se comercializa hoy por debajo de ese precio, en torno a un 20% más barata, de manera que el servicio público difícilmente podría captar nuevos clientes, lo que "cuestiona la viabilidad del proyecto".
Fuera de plazo
El pleno del Consell Comarcal del Vallès Occidental ha desestimado las alegaciones del clúster de la biomasa esgrimiendo como argumento principal que el proyecto se aprobó en septiembre, sin que nadie presentara alegaciones. Ahora no proceden, porque lo que se tramita es la concesión del servicio.
El Consell defiende la oportunidad de la planta como parte del proyecto Boscos del Vallès, que persigue limpiar los bosques para prevenir incendios, impulsar una gestión sostenible de los recursos forestales y potenciar el sector de la astilla forestal primaria, promoviendo la economía local.
Para ello, impulsa la construcción de la planta de biomasa y financia dos calderas (UAB y Hospital de Terrassa) que consumirán en torno al 45% de la astilla que produzca.
"El Clúster de la Biomasa ha participado activamente, como el resto de agentes del sector, en la redacción del proyecto de la planta y entendemos sus alegaciones en tono constructivo", comenta Joan Ballbè. "Nosotros empezamos de cero en este proyecto y hemos aprendido mucho de las aportaciones de los empresarios y de los profesionales de la biomasa".
El consejero defiende la viabilidad económica del equipamiento porque "la tendencia en la comarca es a incrementar la demanda. Son muchos los ayuntamientos que están instalando calderas de biomasa, muy pronto Sant Llorenç Savall o Vacarisses, y después vendrán los privados". Sólo en Terrassa, 11 equipamientos municipales cuentan con calderas de biomasa.
Ballbè insiste en que la iniciativa comarcal dinamiza el sector en el Vallès, donde la demanda aumentará en los próximos años. "Los empresarios de la biomasa lo celebrarán muy pronto".
De momento, la Associacio Clúster de la Biomasa de Catalunya anuncia su intención de llevar a cabo "un seguimiento de los números de la planta cuando entre en funcionamiento. Estaremos vigilantes", explica su gerente, el ingeniero Ferran Garrigosa.
El técnico quiere dejar claro que las alegaciones del sector "no deben entenderse como una oposición al proyecto. Nosotros por principio apoyamos y celebramos todos los proyectos que vengan a consolidar el sector. Es sólo que nos chirría que se haga con dinero público".
Descartadas las alegaciones del gremio, el concurso para la gestión de la planta sigue adelante. Está previsto que el servicio genere 7 mil toneladas anuales de astilla.