Las manos, sin la protección de guantes, como témpanos y de tono liláceo y el aire como hielo desmenuzado martilleando la cara. Así se sintieron muchos terrassenses el martes por la noche y durante varias fases del día de ayer, cuando se enseñoreó del país una ola de frío siberiano que ya prepara las maletas. Hoy empezará a menguar el frío riguroso, pero se avecinan lluvias.
La temperatura máxima llegó ayer en Terrassa a los siete grados y la mínima se derrumbó hasta los dos bajo cero, según los datos del Servei Meteorològic de Catalunya (Meteocat). El aumento, tímido, liviano, del mercurio se hará notar hoy. Las predicciones meteorológicas apuntaban máximas de ocho grados y mínimas de cero, aunque el ambiente nuboso sustituirá al soleado que, pese a todo, había reinado en la comarca en los últimos días.
La alta probabilidad de lluvias, según vaticinó el Meteocat, llegará mañana viernes, aunque los termómetros marcarán seguramente máximas de ocho grados y mínimas de uno. A tenor de las previsiones, la probabilidad de precipitaciones será también alta el sábado, si bien las temperaturas subirán algo: serán de nueve la máxima y de dos la mínima.
Plan de emergencia
El Ayuntamiento mantiene el plan de emergencia municipal en fase de alerta, que decretó el alcalde, Jordi Ballart, el martes ante el previsto desplome de las temperaturas. El plan contemplaba mantener informada a la población sobre la situación de frío, comunicando las medidas de autoprotección recomendadas y llevando a cabo un seguimiento de los ciudadanos en situación de especial vulnerabilidad.
Los servicios municipales se mantienen alerta por si se requiere su movilización y se activó un operativo de visitas a personas que habitan infraviviendas para ofrecerles pernoctar en el albergue L’Andana o, si esa opción era rechazada, suministrarles mantas y comida caliente.
El departamento municipal de Gestión del Espacio Público tenía preparados cuatro vehículos para intervenir si se formaba hielo en la vía pública.
