Los vecinos de Can Palet de Vista Alegre solo pueden acceder a la urbanización desde la carretera de Martorell. Pero la ausencia de semáforos y rotondas dificulta sus entradas y salidas.
El terrassense Domingo Galán se siente cansado de tener que esperar minutos y más minutos cuando desea incorporarse con su coche a la carretera C-243c desde Can Palet de Vista Alegre, la urbanización en la que vive. El tráfico a primera hora de la mañana resulta especialmente intenso en esta vía, y Domingo no ve el momento adecuado para tomar la dirección deseada, en cualquiera de ambos sentidos, sin correr un manifiesto peligro. La ausencia de semáforos que regulen la circulación del tráfico o de una simple rotonda que ordene el movimiento de los coches hace que, para Domingo y los vecinos de la urbanización, incorporarse al asfalto en hora punta sea una misión casi imposible.
La C-243c, también conocida como carretera de Martorell, es de hecho la única entrada y salida que tienen los vecinos de Can Palet de Vista Alegre para dirigirse a Terrassa o, en el sentido contrario, hacia Martorell, ya en la comarca del Baix Llobregat. La vía, que presenta un tráfico constante, cuenta con dos accesos a la urbanización. El primero de ellos viniendo desde Terrassa se convierte en una auténtica encrucijada de señales.
Hay que situarse a la altura del restaurante 4 Vents, en torno al kilómetro once de la C-243c. Allí, en apenas cien metros, coinciden tres desvíos. El de los coches que entran y salen de este restaurante, en un camino que, a su vez, utilizan los conductores que van y vienen de la urbanización de Can Solà de Rubí. El de los coches que entran y salen -si pueden, claro- de la urbanización de Can Palet de Vista Alegre. Y el de los vehículos que entran y salen de la gasolinera Repsol de la zona, muy concurrida, por cierto, y en la que muchos automóviles paran a hacer un alto en el camino.
Sobre el arcén, en este tramo de apenas cien metros, los dos carriles de la calzada se convierten en cuatro en una sucesión de stops pintados sobre el asfalto, flechas a izquierda y derecha, y cedas al paso que serían capaces de inquietar al conductor más experto. Y de acabar con la paciencia del más cauto.
La segunda entrada
El rompecabezas circulatorio no mejora en la segunda entrada a la urbanización, situada a la altura de la calle del Falciot, donde se concentran algunos de los principales comercios del barrio. Un factor, éste, que añade un inconveniente más al que ya de por sí supone para los vecinos acceder en coche a la embrollada C-243c. "Desde esta calle del Falciot, en Can Palet de Vista Alegre, tenemos muchos problemas para cruzar a la urbanización de Castellnou [ya en Rubí], que está justo al otro lado de la carretera, puesto que no hay semáforos ni un simple paso de cebra. Lo mismo les ocurre a los vecinos de Castellnou cuando quieren comprar en las tiendas de la calle del Falciot", explica Paquita Tobaruela, presidenta de la asociación de vecinos de Can Palet de Vista Alegre.
La situación es similar justo unos metros más adelante, allí donde la carretera de Martorell se desvía hacia el municipio vecino de Ullastrell. En este punto, los conductores vuelven a carecer de una rotonda o de un semáforo que les permita incorporarse a la transitada vía sin correr riesgos.
La presidenta de la A VV de Can Palet de Vista Alegre comenta que "pensábamos que con la construcción del Quart Cinturó [que ha de unir Terrassa con el Baix Llobregat], la carretera de Martorell se descongestionaría de vehículos, pero el ritmo que llevan las obras de la B-40 hace que nuestro problema se eternice". Los vecinos quieren soluciones ya. Y más considerando el evidente peligro que hay de que existan accidentes entre los kilómetros nueve y once de la carretera de Martorell, que son los que se sitúan entre la primera entrada a la urbanización de Can Palet de Vista Alegre y el desvío hacia el pueblo de Ullastrell. En los primeros meses del año pasado, por ejemplo, solo en este tramo se registraron cuatro accidentes en que hubo diez heridos leves. Los residentes en la zona esperan que la situación no se repita de nuevo, al tiempo que no se han quedado de brazos cruzados.
Y es que en noviembre de 2015 presentaron una instancia al Ayuntamiento de Terrassa reclamando soluciones. El Consistorio tiene "una capacidad de acción limitada" sobre el problema, señalan fuentes municipales, ya que la carretera de Martorell es una vía interurbana y, por tanto, su titularidad corresponde a la Generalitat. Con todo, el Ayuntamiento ha remitido la petición vecinal hasta en cuatro ocasiones a la principal administración catalana, sin por el momento haber obtenido una respuesta concreta a la reivindicación planteada.
Tobaruela también cuenta que las asociaciones vecinales de Castellnou y Can Solà (dos urbanizaciones de Rubí) han presentado instancias similares en el ayuntamiento del municipio contiguo. El motivo es que también sufren cada día dificultades para incorporarse a la carretera de Martorell o bien para salir de ella. "Pero todo sigue igual", dice Tobaruela. Los coches pasan. Y la rotonda que resolvería el problema continúa sin llegar.
El barrio
La urbanización de Can Palet de Vista Alegre, que pertenece al distrito IV, se encuentra ubicado al suroeste de Terrassa y cuenta con una población que ronda los 1.500 habitantes, según datos municipales.