El Govern de la Generalitat ha presentado esta semana la nueva ley de comercio de Catalunya, que amplia en tres horas el horario comercial, prohibe la venta a domicilio o por teléfono si no ha sido solicitada por el cliente, pero mantiene la liberalización de las rebajas. La administración catalana ha modificado la legislación anterior recurrida por el Tribunal Constitucional, que en 2012 anuló varios artículos de la ley catalana de horarios comerciales por entender que vulneraba la legislación estatal.
La nueva ley catalana de comercio aumenta de 72 a 75 el límite de horas de apertura semanal de lunes a sábados y establece que la actividad de cara al público quedará restringida entre las 7 y las 22 horas.
Por lo que respecta a los festivos, mantiene los dos de elección municipal -en Terrassa el Jueves Santo y el lunes de Festa Major-, y amplía a todos los municipios la autorización para que los comercios de menos de 150 metros cuadrados puedan abrir todos los dias de fiesta.
Hasta ahora, sólo podían hacerlo las tiendas de las poblaciones de más de 5 mil habitantes, las localidades turísticas o declaradas como municipio comercial. Los pueblos pequeños sólo podían acogerse mediante solicitud previa, cosa que hicieron la mayoría. La ampliación viene por lo tanto a generalizar una norma que ya estaba extendida.
Eso sí, a partir de ahora las condiciones para ser municipio turístico se endurecen. La etiqueta, que debe solicitar el propio ayuntamiento, pasa a ser "gran afluencia de visitantes por motivos turísticos" y para conseguirla los municipios deberán contar con un puerto que haya registrado más de 400 mil pasajeros anuales, cuente con una gran área comercial o, si tienen menos de 5 mil habitantes, acrediten un mínimo de 65 mil pernoctaciones el último año.
La calificación de municipio turístico se limita a 4 años (8 hasta ahora) y deberá contar con el aval de los sindicatos, las organizaciones comerciales y las cámaras de comercio.
La nueva ley de comercio también regula los espacios de degustación tan extendidos en establecimiento como las panaderías. Limita esas áreas al 33% de la superficie del local. Si la panadería cuenta con dos licencias podrá mantener la distribución actual, pero si tiene una sola deberá ajustarse a la norma.
Finalmente, la nueva normativa estimula la elaboración de planes urbanos que potencien el crecimento comercial de una zona y prevé la creación de consorcios público-privados que los impulsen.