Terrassa

Seis meses de prisión a una mujer por comprar un móvil robado

Ojo con comprar un teléfono móvil en la calle, tirado de precio, una ganga. Mucho ojo, pues cabe la posibilidad, bien cierta y de consecuencias nefastas, de que el aparato sea robado y de que la persona compradora acabe condenada por un delito de receptación. Esa repercusión penal cayó de golpe sobre una mujer que ha sido condenada por ese delito: adquirió un móvil por cuarenta euros en la calle. La pena: seis meses de prisión.

La mujer, primero, se incriminó cuando declaró ante la policía, pero luego, en el juzgado que instruyó el procedimiento, rectificó. Pero dio lo mismo. El juzgado de lo penal número 3 de Terrassa la consideró autora del delito y le impuso la pena de seis meses de prisión. Aunque ella negase los hechos, aunque sostuviese que desconocía el origen ilícito de aquel móvil, aunque, según su abogado, no hubiese pruebas de que ella supiese la procedencia ilegal del aparato.

Recurso desestimado
La defensa trasladó estas alegaciones a un recurso de apelación que presentó ante la Audiencia Provincial, pero el tribunal barcelonés no hizo sino confirmar el fallo condenatorio. Llegó a la misma conclusión probatoria que el juzgado de instancia: el móvil, que estaba en correcto funcionamiento, costó a la procesada cuarenta euros, "un precio muy inferior al de mercado, a pesar de que fuera de segunda mano". Cuando lo compró, la mujer "era consciente" de la procedencia ilícita tanto por el precio, considerado "vil" en derecho penal, como por las circunstancias que rodearon a la adquisición, por la compra callejera. El vendedor había hurtado el dispositivo.

Conclusión: la primera resolución judicial queda ratificada y la mujer que en mala hora compró un móvil en la vía pública, condenada a seis meses de prisión como responsable de un delito de receptación previsto y penado en el artículo 298 del Código Penal.

Ese artículo de la norma dice así: "el que, con ánimo de lucro y con conocimiento de la comisión de un delito contra el patrimonio o el orden socioeconómico, en el que no haya intervenido ni como autor ni como cómplice, ayude a los responsables a aprovecharse de los efectos del mismo, o reciba, adquiera u oculte tales efectos, será castigado con la pena de prisión de seis meses a dos años".

Ella negó conocer el origen ilícito del aparato; los tribunales dicen que sí lo sabía, por el precio y por la compra callejera

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