Habían manipulado los coches a fin de habilitar escondrijos para la cocaína y los aparcaban en plazas de garaje. El Cuerpo Nacional de Policía les seguía los pasos y controló una cita entre dos de los cuatro investigados. A uno de ellos lo detuvieron minutos después y le pillaron casi un kilo de coca, detención y decomiso que desencadenaron la cascada de arrestos y registros que coronaron la investigación. Ese relato de hechos detalla el fiscal en su escrito de acusación contra cuatro personas procesadas como presuntas autoras de delitos de tráfico de drogas. Para cada implicado solicita ocho años de prisión y multa de 800.000 euros.
La Audiencia Provincial ha señalado tres días para la vista oral, cuyo inicio está previsto para el próximo lunes. Cuatro hombres, tres de origen colombiano y uno dominicano, se sentarán en el banquillo. Dice el fiscal que uno de ellos proveía de cocaína a otros dos, y esos dos, a un cuarto que se dedicaba "a la venta y distribución" de la droga adquirida. La cadena de compra-venta estuvo operativa, según la acusación, entre julio y diciembre del 2015, cuando menos.
Los tres primeros acusados usaban para sus fines de narcotráfico una vivienda situada en Parets del Vallès y otra ubicada en Montornès. Allí, según el Ministerio Público, "guardaban, almacenaban y preparaban la sustancia estupefaciente", pero también utilizaban varios vehículos (al menos cinco) para transportar la cocaína. Algunos de los coches habían sido manipulados "para poder ocultar la droga en su interior". El grupo se valía de plazas de aparcamiento arrendadas "en las que estacionaban los vehículos que ocultaban la sustancia". Los garajes estaban radicados en Terrassa, Parets y Mollet del Vallès.
En Sant Pere
Las pesquisas recibieron un espaldarazo el 17 de diciembre. A las seis de la tarde, uno de los acusados acudió a la confluencia del paseo del Vint-i-dos de Juliol con la calle de Bartomeu Amat, en Sant Pere, y allí se metió en una furgoneta conducida por otro de los procesados, "que le entregó una bolsa de plástico de color negro" que contenía cocaína, según el Ministerio Fiscal.
El ocupante del vehículo se apeó y se marchó. Unos policías lo seguían. Y lo interceptaron. Llevaba encima un kilo de cocaína, dice el fiscal: un paquete con sustancia blanca prensada, con coca y levamisol, y otro paquete con ocho cilindros de sustancia, con coca, cafeína y levamisol. En el primer bulto había quinientos gramos de droga (422 gramos de cocaína base). En el segundo, 574 gramos (382 gramos de coca base). Los investigadores detuvieron al identificado, le requisaron la sustancia y le intervinieron quinientos euros.
El mismo día, y obtenida la autorización judicial, los policías registraron el piso en el que residía el detenido, radicado en Sant Pere. Allí localizaron envoltorios con coca y otras sustancias para el corte. En total, unos doce gramos de cocaína.
El grueso de las confiscaciones llegó horas después. Varios policías vigilaban los aledaños de una vivienda de Parets. A las 7.30 de la mañana del día siguiente, 18 de diciembre, los agentes identificaron en la zona a otro acusado. El siguiente cayó, también allí, media hora más tarde. El cuarto sospechoso fue arrestado a las diez de la mañana en Mollet. Cerrado el círculo de detenciones, faltaban los registros. Los detenidos en Parets portaban juegos de llaves de dos vehículos, de dos viviendas (en Parets y Montornès) y dos aparcamientos.
Manipulación y mezcla
En el primer domicilio los policías hallaron un paquete cilíndrico con 585 gramos de cocaína y una papelina con unos cinco gramos de ese estupefaciente. Y "una gran cantidad de sustancias empleadas para la manipulación y mezcla", al decir del fiscal. El escrito de acusación revela la requisa de paquetes con levamisol (algo más de dos kilos), fenacetina (una cantidad similar), lidocaína (435 gramos) y tetracaína (más de kilo y medio), y de un envoltorio que contenía 49 gramos de una mezcla de fenacetina, lidocaína, cafeína, procaína y tetracaína. Los investigadores encontraron "básculas de precisión, moldes de metal utilizados para el envase, logotipos de diferentes marcas y demás útiles necesarios para la adulteración de la droga".
A ese registro le sucedió el de un domicilio de Montornès, donde la policía se incautó de básculas y moldes y de un envoltorio de plástico con 191 gramos de levamisol. Según la Fiscalía, en otro piso, en Barcelona, los agentes intervinieron quince teléfonos móviles y 7.400 euros en metálico. Y en una vivienda de Badalona, seis móviles más. La frenética mañana de registros incluyó las inspecciones de cinco automóviles aparcados en un garaje de Mollet. En uno, los agentes confiscaron cuatro tabletas con 3.230 gramos de cocaína. Eso, en una primera revisión. En un segundo registro, más cuidadoso, la policía encontró en el mismo coche un paquete en forma de cuña: contenía 1.459 gramos de coca.
En otro turismo el hallazgo fue de 557 gramos de droga en un cilindro y envuelta en film. Los hechos son constitutivos de delito "contra la salud pública en cantidad de notoria importancia", dice el fiscal.