Es evidente, para la CUP, que el proyectado centro comercial Terrassa Plaça, en construcción en el sector Montserrat, absorberá actividad económica de los barrios limítrofes. La candidatura anticapitalista asegura que los promotores del complejo "mienten" sobre el impacto económico del equipamiento y han aportado un documento sesgado sobre los supuestos beneficios económicos del plan.
El complejo prevé al año una facturación de 55,5 millones de euros y unos cuatro millones de visitantes. Esas personas no saldrán de la nada, avisa la CUP.
Claroscuros
El informe de los promotores admite que casi el 70 por ciento de la facturación "procederá del área inferior a diez minutos", para luego decir que "absorberá solamente el 1 por ciento del gasto total en su área de influencia". Según los "cuperos", el consumo no subirá, sino que "se trasladará", de las tiendas de barrio "a los bolsillos de los empresarios presentes en Terrassa Plaça".
La CUP ve "claroscuros" en los anunciados 1.074 nuevos puestos de trabajo: no hay datos que los garanticen y, en su mayoría, los empleos en esas superficies adolecen de precariedad. Es probable, además", que los puestos de trabajo a crear "acaben siendo compensados por la destrucción de una cantidad similar en los barrios limítrofes".
