Luis Flores, un egarense de 47 años, ha presentado una queja formal al Ayuntamiento de Terrassa tras no poder subir al autobús.
Flores, vecino del Grupo Montserrat, tiene un porcentaje de discapacidad del 49% y el grado 3 de dependencia. Va en silla de ruedas y el pasado miércoles 21 de diciembre debía coger el autobús urbano de la línea 1 en dirección al Hospital de Terrassa pero no pudo subirse en él ya que la puerta central del vehículo, la que dispone de una rampa para personas que llevan un carro de la compra, un cochecito de bebé o que van en sillas de ruedas, como el caso de Flores, no funcionaba.
"Estaba en la Rambla, en la estación del Doré, esperando el bus de las 17.45h en dirección al Hospital. Cuando llegó el autobús, el conductor salió para decirme que no podría subir porque la puerta central estaba estropeada desde el lunes. Me explicó que había pasado el parte a la empresa pero que todavía no la habían arreglado", cuenta Flores.
No es la primera vez
"Mientras esperaba que llegase otro bus que no estuviera estropeado llamé al Ayuntamiento para poner una queja", explica el afectado, que añade que no es la primera vez que se encuentra con una situación como esta. "A lo mejor he puesto ya unas diez reclamaciones por el tema de los autobuses. Otras veces he tenido problemas con las rampas electrónicas que no funcionaban bien y cuando aún iba en una silla de ruedas manual tuve varios problemas con los cinturones de seguridad; en varias ocasiones no pude abrochármelo por ser demasiado corto o por estar estropeado", asegura el terrassense.
Por eso, cada vez que Flores ha tenido un problema de este tipo ha pedido el número de identificación del vehículo al conductor y ha llamado al Ayuntamiento para interponer una queja formal. En el caso del pasado miércoles, Flores explica que la persona que lo atendió le aseguró que pasaría la información al Servicio de Movilidad del Ayuntamiento y este, a su vez, a Tmesa, la empresa que gestiona el servicio de autobús urbano en Terrassa.