Las turbulencias en la elección del Síndic de Greuges han dejado el proceso erosionado, con algo más que rasguños. Las reacciones políticas a las dudas sobre presuntas manipulaciones en el voto electrónico se suceden y Terrassa en Comú (TeC) y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) han considerado, por separado, que el proceso, que ganó la abogada Isabel Cazorla, está falto de credibilidad.
ERC-MES ha querido dejar claro su apoyo al nuevo reglamento de elección popular, al nuevo modelo y a la manera de escoger al síndico, pues califica de acierto decidir que una figura al servicio de los ciudadanos "sea propuesta por la propia ciudadanía". Sin embargo, Esquerra considera evidente que el proceso "está deslegitimado a ojos de los partidos, de los candidatos y de la ciudadanía". El grupo republicano va más allá y asume su cuota de responsabilidad: "nos sentimos responsables del fracaso del proceso por haber permitido, junto con el resto de grupos políticos, el desarrollo del mismo sin la pulcritud y garantías que requería".
La figura de representación de la institución (el defensor de los terrassenses frente a la administración local) "siempre ha sido escogida por consenso de todos los partidos". La modificación ha consistido en el sujeto que propone el síndico: los ciudadanos con sus votos. No obstante, la coalición Esquerra-MES cree "indispensable" que la figura del defensor sea elevada al pleno municipal y aprobada por un consenso que, en estos momentos, no existe.
TeC emite un mensaje más duro, subrayando que el PSC y CiU, junto con Ciutadans, "han decidido obviar las evidentes irregularidades que ha habido en la obtención de apoyos" y han desestimado el ofrecimiento de los comunes "para explicar, rectificar y asumir conjuntamente las responsabilidades que haga falta, cada uno desde la posición que ostenta".
Anulación
El siguiente paso sería "anular el proceso" y aprovechar los errores para construir otro, nuevo y mejor. En cambio, el bipartito y Ciutadans "han acordado elevar al pleno la propuesta de nombramiento de la nueva Síndica para someterlo a votación aunque haya doce concejales en contra".
Los tres grupos aludidos han preferido, pues, "tapar la herida en lugar de desinfectarla", una resolución "muy irresponsable" que prioriza "no asumir los errores y, por tanto, proteger su imagen pública en detrimento de la imagen de la que podría ser futura Síndica". El cargo ha perdido "buena parte de su credibilidad" y será sometido en breve "a una tensión y discusión pública innecesaria y evitable".