La voluntad es que Terrassa revierta la situación de guetos escolares pero cómo hacerlo cuando durante tanto tiempo apenas se ha hablado de ello públicamente (si en los pasillos) y ahora hay colegios, de titularidad pública, que están actualmente sobrepasando el ochenta por ciento de inmigración.
En el debate de anteayer políticos y público fueron transparentes en sus opiniones. Coincidieron en que hay una serie de causas que influyen sobremanera como son la situación territorial de la escuela y el instituto, el lugar de residencia e incluso la tipología de la misma y la renta. De hecho, las opiniones fueron claras en decir que el nivel socioeconómico es el principal detonante porque a partir de ahí se elige el barrio donde vivir y el centro educativo.
"No es lo mismo un árabe de Dubai que de Marruecos", se expuso en el debate para ejemplarizar que tener poder adquisitivo, siempre con reservas, proyecta una imagen totalmente distinta y abre caminos diversos en relación a la persona humilde que llega de una zona donde apenas ha tenido la oportunidad de ir a escuela. Una opinión esta que suscribió un docente del público a partir de su experiencia.
Para algunos de los políticos de la mesa, como Anna Rius, concejal de la TeC, "el problema no es la segregación sino cómo ayudar a las escuelas que necesitan de más recursos para que los alumnos salgan adelante con las mismas oportunidades de éxito". Es lo que Rius denominó "escuelas abandonadas" y que, en su opinión, "presentan déficits, los caules arrastran a una pérdida de identidad, proyecto, profesorado y familias".
Con todo, público y políticos también se cruzaron algún que otro reproche. Desde el público se recriminó que partidos representados en la mesa (PSC, ERC y PDC, antes Convergència) han gobernado y no han hecho para evitar la situación actual y desde la mesa dudaron de la fuerza de la plataforma Comunidad Educativa de Terrassa, dado que en la sala apenas había treinta personas escuchando.