El grupo municipal de la CUP ha sido uno de los primeros en reaccionar a la noticia de un posible cambio de gobierno en el Ayuntamiento de Terrassa, y lo hace valorando diferentes escenarios.
Si se trata de una operación de marketing político, dice, "para dotar a TeC de una imagen de gobernabilidad o transversalidad (pese a saber que de ninguna manera lo quieren de verdad) los hechos son lamentables".
Los cuperos recurren a la terminología de los comunes para tachar el gesto de la confluencia como propio de la "vieja política".
Si por contra la propuesta de TeC es sincera, "aún peor. La opción política que podía haber liderado el cambio se convierte en un mero recambio", comenta la portavoz municipal Maria Sirvent. "El partido que nació en contraposición a la casta ahora se ofrece a gobernar con ellos".
Se cual se al escenario, los miembros de la CUP aseguran sentirse muy decepcionados con la maniobra política de TeC. Aunque entienden que el gesto se enmarca en un escenario global de acercamiento entre socialistas y comunes y cita Barcelona, donde Ada Colau ha incorporado a su Ejecutivo al PSC, "incumpliendo sus promesas electorales".
La CUP cree que el gesto de TeC dibuja un nuevo escenario político en el que la formación anticapitalista se erige en referente de la izquierda transformadora. Tras la aproximación de TeC al gobierno de la ciudad, "la única alternativa para la transformación social de Terrassa y de ruptura con el ‘establishment’ que lleva 37 años gobernando el Ayuntamiento viene de las papeletas de voto a la CUP.