Estamos muy contentos porque Terrassa ha demostrado una vez más su capacidad de movilización solidaria". Son palabras del delegado local del Banc d’ Aliments, Jaume Roca, tras conocer la donación realizada por los terrassenses en el Gran Recapte que tuvo lugar los días 25 y 26 de noviembre.
En esta octava edición, Terrassa ha donado 103 toneladas de alimentos, lo que supone un incremento de cuatro toneladas más que el año pasado. "Nuestro deseo era igualar o superar la cantidad de 2015 que fue de 99 toneladas y lo hemos conseguido. Nuestro balance es muy positivo y desde aquí agradecemos la colaboración desinteresada de tantas personas para ayudar a los necesitados".
Red extensa
El Gran Recapte contó para su buena marcha con un total de 760 personas, de las cuales la gran mayoría actuaron como voluntarios. Roca también valoró su dedicación y su tarea. "Este año tuvimos treinta o cuarenta colaboradores más que en 2015 por lo que la red logística funcionó bastante bien y se pudieron cubrir todos los puntos de recogida y los turnos".
La campaña del Banc d’ Aliments se inició el viernes, día 25, a primera hora en tiendas y cadenas de alimentación con buenas expectativas puesto que eran muchas las personas que su cesta de compra tenía componente solidario. Y a medida que pasaron las horas y el calendario cambió de día para llegar el sábado, la colaboración fue mayor. Ni la climatología, adversa, la del sábado, que fue un día gris y lluvioso, frenó la voluntad de ayuda los más vulnerables. Los voluntarios entregaban en la puerta de los comercios un folleto informativo recomendando los productos más adecuados: leche, caldo, cacao, aceite, conservas, pasta, arroz, tomate natural triturado… Y la mayoría de las personas siguieron la recomendación del Banc d’ Aliments con el fin de que la donación contenga alimentos nutritivos y de larga caducidad. Los voluntarios, agradecidos, fueron colocando los productos y artículos en grandes cajas de cartón -"las populares bañeras"- que una vez llenas se transportaron al recinto ferial del Passeig del 22 de Juliol. Allí, una nueva red de voluntarios trabaja en las tareas de clasificación que durarán toda esta semana. Y, a partir de ahí, hay un nuevo transporte a otra nave municipal desde la cual ya se hace el reparto progresivo a El Rebost y desde ahí, a través de Creu Roja y servicios sociales, a las familias.
Pobreza crónica
En la edición del año pasado, las 99 toneladas recogidas de alimentos se destinaron a 6.480 personas, una cifra de beneficiarios importante y que constata que la crisis ha dejado mella. En este sentido hay que recordar las palabras del presidente del Banc d’ Aliments de Barcelona, Eduard Arruga, cuando explica que la crisis ha cronificado la pobreza; es decir que hay muchas personas que siguen sin empleo y si lo tienen está mal retribuido, tanto que no pueden hacer frente a los gastos básicos de comida y suministros.
LA CIFRA
760. Fue el número de personas voluntarias de Terrassa que trabajaron para el Gran Recapte de 2016