Sus problemas con la Justicia no constituían una novedad: había sido condenado ya por cinco robos con fuerza y por uno de tenencia ilícita de armas cuando aquella tarde, la del pasado 15 de marzo, asaltó, presuntamente, la vivienda de unos vecinos para, dos días después, amenazar a las víctimas con una escopeta recortada y un cuchillo. El rosario de delitos no había hecho sino empezar, pues el acusado se dio a la fuga al volante de un coche, sabiendo que no podía conducir porque se le había retirado el permiso, y luego estuvo a punto de atropellar a unos policías, y agredió a los agentes que lo detuvieron. El fiscal reclama penas que suman 22 años de prisión y 10.800 euros de multa.
Es empresa difícil cometer tantos delitos, once, en tan pocas horas. Según el Ministerio Fiscal, la retahíla de hechos comenzó entre las tres y las siete de la tarde del 15 de marzo. En ese intervalo, el procesado allanó supuestamente la vivienda de unos vecinos suyos. Forzó la puerta de entrada y robó dos cámaras de fotos, un ordenador portátil, un taladro, un destornillador eléctrico, cables de instalación de la luz, joyas, zapatos y ropa.
Dos días después, el acusado y las víctimas, un hombre y una mujer, se cruzaron por la calle y el afectado recriminó al sospechoso el robo. Y estas fueron las respuestas del procesado, según el fiscal. Una: "te voy a matar o con una puñalada o un tiro, que eres un maricón hijo de puta". Otra: "voy a quemar la casa con vosotros dentro". La tercera: "tú no te muevas, que ahora bajo a matarte, y a matar a todos los que vivís en las casas".
Dio media vuelta y se marchó, pero para volver a los pocos minutos, y ya esgrimiendo sendas armas: un cuchillo y una escopeta de cañones recortados. "Como te acerques te mato", espetó al hombre al tiempo que enarbolaba el cuchillo, y a la mujer la apuntó con la escopeta mientras le decía: "te voy a matar, mora de mierda". Y hubo más improperios y amenazas, pues un testigo intercedió y también recibió la advertencia: "¿Tú también te metes en medio? Pues estáis muertos todos los de las casas, voy a venir y os voy a matar a todos. Como te acerques más, te mato. Hoy os voy a matar a todos, estáis todos muertos, vais todos contra mí".
La huida en coche
Se oyeron sirenas de policía cada vez más cerca, y el individuo huyó. Subió a un coche. No tenía carné porque había perdido los puntos.
Una dotación policial activó las señales luminosas para que el conductor parase el vehículo, pero, lejos de eso, el acusado "condujo a una velocidad excesiva", dice el fiscal, y fue visto por la calle de Holanda (Can Parellada) en dirección contraria, y luego por la de Itàlia y la de Oceania, de nuevo por la de Holanda en sentido prohibido, rebasando los cruces a toda pastilla, irrumpiendo en la calle de Guinea también en dirección contraria, yendo luego por la de Grècia.
En la calle de Europa, el automóvil del acusado acometió a un coche policial e impactó contra su frontal. Dos agentes se bajaron del vehículo y en ese momento el conductor "inició nuevamente la marcha y se dirigió hacia los agentes, que tuvieron que saltar para apartarse de su trayectoria".
Los dos guardias resultaron heridos leves, pero no fueron los únicos miembros de cuerpos de seguridad que aquella tarde fueron atendidos por médicos.
Patadas y puñetazos
Cuenta el fiscal que otros policías procedieron a detener al reo a las 7.10 de la tarde, un par de horas después del inicio del incidente con los vecinos. Pero, como era de prever dados los precedentes inmediatos, el arresto devino una maniobra accidentada. El sujeto se resistió a base de patadas y puñetazos y golpeó a un policía municipal y a un agente de los Mossos d’Esquadra. Ambos padecieron lesiones, aunque de carácter leve.
Apresado el sospechoso, la policía acudió a su vivienda y la registró con el consentimiento de la pareja del detenido. Los agentes encontraron dos escopetas, una con los cañones recortados, en deficiente estado de conservación y de imposible uso para deflagración, y otra de calibre 12/70, también recortada, "con un correcto funcionamiento" y apta para disparar. El hombre no tenía permiso de armas. Ingresó en prisión dos días después de su detención.