Terrassa

Capritx, el “pequeño milagro” revalida su estrella Michelin

Por sexto año consecutivo. El restaurante Capritx y su "alma mater", el chef egarense Artur Martínez, revalidaron el miércoles por la noche su estrella Michelín, consolidando así su plaza entre los mejores de la alta cocina. "Es un nuevo reconocimiento al buen trabajo", afirmaba ayer un Artur Martínez contento, muy contento.

"Pasamos un examen cada año y este nos ha cogido en el mejor momento económico y profesional". El cocinero explica que tras seis años en la cúpula Michelin, el Capritx tiene hoy "una oferta muy auténtica, redonda y personal. Hemos profundizado en la forma de cocinar y de servir, y eso nos está reportando un nivel altísimo de reconocimiento, especialmente entre la crítica gastronómica".

Y es que Capritx es una excepcional "anomalía" entre los mejores fogones. Un "pequeño milagro" que desde hace seis años se codea con los grandes cocineros, rodeados todos ellos de enormes estructuras profesionales.

"Capritx tiene 5 mesas y entre 12 y 14 comensales -explica Artur-. La nuestra es una cocina donde el chef dispone de tres fogones, un horno y un baño maría. Ni plancha, ni gratinador, ni mesa de pase, ni grandes cámaras. Ese es también nuestro mérito".

La cocina de Capritx mide menos de 12 metros cuadrados y la integran tres profesionales y dos cocineros en prácticas No hay nadie en la alta cocina europea que haya logrado exhibir una estrella Michelin con una infraestructura tan minúscula y selecta a la vez.

Madurando un nuevo proyecto
Ayer Artur Martínez no podía ocultar su satisfacción por el nuevo reconocimiento, que le llega en un momento excepcional para Capritx. El chef abandonaba en septiembre de 2015 su puesto en Cuina Vallès, desde donde lideró la plataforma de cocineros vallesanos que trabajan por la recuperación y difusión de los productos y de la cocina de proximidad. Lo hizo, dijo, porque necesitaba "más tiempo para trabajar nuevos retos profesionales".

El más importante es la apertura de un segundo restaurante en Barcelona, que de momento se retrasa un año, no antes de 2017. Se trata de un proyecto personal de Artur Martínez para el que "no tenemos prisa porque queremos hacerlo muy bien".

El cocinero asegura que está madurando un espacio gastronómico al que quiere llevar "una nueva forma de entender la cocina". Varios inversores se han interesado por el proyecto, que Martínez quiere madurar un poco más antes de revelar su nombre -no será Artur Martínez, como apuntó hace un año- y afrontar la puesta en marcha.

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