El Ayuntamiento aprobó ayer en pleno una nueva ordenanza que regula el otorgamiento de subvenciones a entidades y que viene a sustituir la norma anterior, de 2004. El nuevo reglamento, según la concejal de Calidad Democrática, Meritxell Lluís, persigue "estandarizar y objetivar la metodología" que sigue el Consistorio a la hora de conceder las ayudas públicas.
La principal novedad que ha deparado esta revisión de la ordenanza, que parte de una propuesta de resolución de ERC-MES, es que se establece una valoración anterior y posterior de los proyectos a los que se otorga subvención. En este análisis ulterior, que hasta ahora se limitaba a una valoración económica, se tendrá en cuenta la calidad de la iniciativa y su impacto social. El Ayuntamiento considerará esta valoración para próximas convocatorias. La evaluación a fondo de los proyectos se dará tanto para las subvenciones otorgadas mediante concurrencia competitiva (el procedimiento más habitual, que se abre una vez al año), como para las que reciben ayuda directa.
4,5 millones
Las entidades que quieran concurrir a ayudas públicas deberán cumplir una serie de requisitos generales (donde se valorará la calidad democrática de la asociación, valores de inclusión social o la equidad de la iniciativa, entre otros) y específicos (que se darán a conocer en las bases específicas de cada convocatoria). Para poder recibir el dinero tendrán que reunir un mínimo de seis puntos entre ambas fases (la general y la específica). El montante que hay en juego no es baladí. El presupuesto de este año contempla 4,5 millones para subvenciones.
Lluís remarca que para disipar al máximo cualquier sombra de duda, cada área del Ayuntamiento contará con una comisión evaluadora formada íntegramente por técnicos, que será la encargada de valorar los proyectos que optan a subvención. También se creará una comisión transversal, donde tampoco habrá políticos, para la unificación de criterios.