Suspenso y calamitoso. Es la nota de Terrassa en la campaña "Porta la bossa a revisió!", que el Consorci per a la Gestió de Residus del Vallès Occidental desplazó el sábado a la Plaça Vella. La iniciativa, que ha recorrido 11 municipios vallesanos, analiza el contenido de la bolsa de basura que depositamos en el contenedor verde. En el caso de Terrassa, sólo un 8 % del contenido corresponde a materiales no reciclables.
La ciudad suspende en reciclaje, o al menos lo hacen los vecinos del centro histórico. El Consorci hurgó el sábado en el interior de 6 bolsas extraídas aleatoriamente de varios contenedores del resto situados en el casco antiguo. Y el resultado fue desalentador.
Un 37% de la basura eran envases, el 28 % papel, el 22% materia orgánica y el 4% vidrio. Todos ellos materiales que, separados correctamente en casa y depositados en el contendor adecuado, entrarían en el circuito del reciclado. Un 2% de la bolsa son materiales diversos como paellas rotas, juguetes viejos, restos de cosmética o de vajilla que, de haber ido a la deixallería, habrían reportado una bonificación al contribuyente en la tasa de basura.
Horizonte europeo
La disección de la bolsa de basura se enmarca en la Setmana de la Prevenció de Residus. El sábado, técnicos del Consorci clasificaron el contenido de las bolsas, agrupando por fracciones los restos en recipientes transparentes.
"Las estadísticas no son muy optimistas porque en Catalunya y en el Vallès estamos en unos índices del 34 % del reciclaje, cuando deberíamos estar muy por encima -comentó el presidente del Consorci, Ricard Torralba, que participó en la actividad junto al vicepresidente de la institución comarcal, Marc Armengol-. Por eso esta campaña y otras durante todo el año, para llegar a los objetivos europeos".
Mucho por hacer
Todo lo que acaba en el contenedor del resto cuesta dinero, mientras que lo que separamos y colocamos en el cotenedor adecuado tiene un retorno económico: La orgánica se transforma en abono o energía y el papel, el plástico y el vídrio regresan a la cadena productiva. Todos reportan ingresos al municipio.
Por contra, la factura de los residuos que se envían al Centre de Tractament de Residus del Vallès Occidental (CTRVO) aumenta cada año, así como el cánon con el que la Generalitat castiga esos vertidos.
En este momento la tasa de reciclaje de Terrassa supera levemente el 30% del total de la basura que genera, muy lejos del horizonte del 60% fijado por la UE para el año 2020. El Consorci de Residus insiste en la necesidad de que la ciudadanía tome conciencia de la relevancia de separar correctamente en casa, ya que sin ese pequeño esfuerzo la factura de los residuos seguirá aumentando.