Terrassa

La T-Mobilitat se retrasa por su “enorme complejidad”

El director general de la Autoritat del Transport Metropolità (ATM), Pere Torres, precisó ayer el calendario de implantación de la T-Mobilitat, la nueva tarjeta de transporte público que permitirá calcular el precio de los viajes de manera personalizada, en función de los hábitos de cada ciudadano. Torres admitió que la implantación de este nuevo título de transporte se retrasa hasta finales de 2018, pero no porque se haya dejado de lado el proyecto, sino porque su "enorme complejidad" obliga a alargar los plazos para que el nuevo sistema pueda aplicarse "con garantías".

El director general del ATM clausuró ayer en Terrassa la asamblea general de la Associació de Municipis per la Mobilitat i el Transport Urbà (AMTU), de la que forma parte Terrassa, abordando uno de los asuntos que han sido noticia estos días: el retraso en la puesta en marcha del proyecto estrella de la Generalitat y la ATM en materia de movilidad. Torres quiso precisar que realmente no es un aplazamiento del proyecto, porque precisamente ahora "se está trabajando más intensamente que nunca", sino que es una "ampliación necesaria de los plazos para poder implantar todos los elementos que intervienen en la T-Mobilitat".

El proyecto "es mucho más complejo" de lo que se previó inicialmente. A medida que los técnicos implicados (más de cincuenta) han ido profundizando en los detalles del nuevo modelo "han ido apareciendo necesidades de tiempo más largas". Se trata de "un sistema que implica a más de 70 operadores de transporte distintos, en el que se están aplicando tecnologías innovadoras y que obligará a una transformación del modelo actual sin dejar de prestar el servicio". En resumen, dijo Torres, es una iniciativa "pionera a escala mundial, de la que no existen referentes".

Implantación unitaria
En su momento, admitió, se pecó de "optimismo". El nuevo calendario, afirmó, es muy preciso, con el que todos los agentes implicados, tanto operadores como administraciones, "pueden comprometerse". Los nuevos tiempos fijados por el ATM no distorsionan demasiado la planificación que ya había para Terrassa, situada en la segundo corona metropolitana. En su momento, recordó Torres, se habló de que la nueva tarjeta se aplicaría con una año de diferencia entre la primera y la segunda corona de Barcelona. Ahora, el plazo "es el mismo para todo el ámbito de la ATM", con lo que es de esperar que a finales de 2018 entre también en funcionamiento en la ciudad.

Quedan por delante, remarcó el director general de la ATM, "meses y meses de ingente trabajo" hasta tener listo un nuevo sistema de movilidad que implica la substitución de ocho mil máquinas validadoras, la aplicación de un nuevo modelo de gestión de la información, la adaptación de éste con más de 70 operadores, la formación de miles de trabajadores y, además, hacer compatible el nuevo sistema con el antiguo durante el tiempo que duren las pruebas sin que implique el colapso del transporte público.

Durante la asamblea general del AMTU, que trabaja estrechamente con el ATM, se aprobaron los presupuestos de entidad para 2017.

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