El exdirector de la Escola Roser Capdevila ha reconocido que malversó dinero del colegio cuando era su responsable. Que trasvasó cantidades de las cuentas de la escuela a las suyas, que pagó recibos personales con dinero del cole, que se compró una lavadora, que compró en supermercados y gozó de comidas en restaurantes con cargo a la economía escolar. Ha sido condenado a un año de prisión, a una inhabilitación de dos años para empleo público en la enseñanza y a pagar al colegio lo que aún no le ha devuelto: 8.429 euros de los casi 21.000 que malversó.
Las irregularidades en el colegio público de Torre-sana trascendieron a principios del 2014. La asociación de madres y padres de alumnos (AMPA) compareció en público el 28 de abril para informar de los desfases, de los reintegros monetarios, de los importes no justificados y de la denuncia que había interpuesto en el juzgado de guardia. El mismo día, el Departament d’Ensenyament anunció que había abierto un expediente disciplinario al director, al tiempo que ponía los hechos en conocimiento de la Fiscalía por si procedía que emprendiese acciones penales. El juzgado de instrucción número 4 de Terrassa tramitó la causa por un delito de malversación de caudales públicos, que llegó a la oficina del jurado de la Audiencia Provincial de Barcelona.
Acusó el fiscal, pero también la Generalitat y el AMPA, representado por los abogados Anna Piñol y Joan Tamayo. Durante semanas se fraguó un acuerdo, una conformidad entre las partes que quedó sellada antes del juicio, el 27 de octubre. Ayer trascendió la sentencia con el contenido del acuerdo: se tenía en cuenta una circunstancia atenuante, la de reparación del daño, porque el exdirector había retornado buena parte del dinero.
El acusado, de 57 años, fue director del Roser Capdevila entre septiembre del 2006 y mediados de junio del 2014 (o sea, estuvo en el cargo hasta un par de meses después de que saltase el escándalo). La sentencia afirma que el procesado se aprovechó de sus funciones como director y autorizó a cargo de dos cuentas del colegio, de las que era único titular, diversos pagos "por bienes y servicios ajenos al funcionamiento del centro educativo". Ordenó traspasos de las cuentas del cole a las suyas personales. Entre otros movimientos, el 1 de mayo del 2013 hizo un traspaso de mil euros. El 30 de julio, ordenó el pago de 2.307,38 euros a la Fundació Blanquerna para abonar unos servicios que había contratado.
El 30 de agosto, también del 2013, efectuó un traspaso de 2.500 euros a otra cuenta. Y en septiembre cargó a la escuela los 297,18 euros de la compra de una lavadora para su casa. Hubo más trasvases de cuenta a cuenta y compras en supermercados, y adquisición de muebles y comidas en restaurantes. Según un informe financiero de la Generalitat, en los ejercicios del 2011, 2012 y 2013, el procesado usó el dinero del colegio para uso personal por un importe de más de 16.000 euros. En esos mismos años cargó a la escuela 1.295 euros de su teléfono móvil, y en tres ocasiones transfirió 3.580 euros en total.
Transferencias
En noviembre del 2012, empero, el director hizo sendas transferencias de 2.000 y 1.200 euros respectivamente a las cuentas de la escuela. Y en noviembre del 2013 devolvió más de 4.800 euros. Y en el 2014, cuando supo que la información de los desfalcos había llegado a Ensenyament, retornó 4.505 euros.
Los gastos improcedentes en todo el periodo del director al frente del Roser Capdevila ascendieron a 20.943,10 euros. De esa cantidad, el acusado devolvió "voluntariamente" antes de que se abriese la causa penal, según la sentencia, 12.513,31 en seis pagos. Por tanto, faltan por restituir 8.429,79 euros que el condenado deberá pagar a plazos, en cuotas de 351,24 euros mensuales durante veinticuatro meses. La pena de un año de prisión queda suspendida, con la condición de que el reo pague lo que adeuda en el tiempo acordado.
LO QUE AÚN DEBE RETORNAR
8.429,79 euros El procesado aún debe retornar al colegio 8.429,79 euros, que pagará en cuotas mensuales de 351,24 euros durante veinticuatro meses