Los últimos datos sobre procesos de ejecución hipotecaria, recopilados en un completo informe por el Observatori Econòmic i Social i de la Sostenibilitat de Terrassa (Oesst), revelan que la ciudad lleva prácticamente tres años consecutivos de descenso en estas dramáticas cifras, pero al mismo tiempo, vuelven a poner de manifiesto que Terrassa es la urbe donde mayor impacto demográfico tienen estos procedimientos, atendiendo al número de desahucios en función de la población. Durante 2015 se produjeron 2,5 ejecuciones hipotecarias por cada mil habitantes, muy por encima de la media comarcal (1,8), provincial (1,4) y catalana (1,6).
Durante el año pasado, a los juzgados de Terrassa (que atienden procesos de nuestra ciduad y también de Matadepera, Rellinars, Vacarisses, Viladecavalls y Ullastrell) entraron 604 demandas de ejecución hipotecaria, lo que representa un 22,7% menos que las 781 registradas en 2014 y dejan el dato en niveles similares al primer año de la crisis (en 2008 hubo 602 procedimientos). La reducción está en la línea de lo experimentado en el conjunto de Catalunya, aunque de forma menos acusada en el caso de Terrassa. El dato registrado el año pasado sitúa el partido judicial de Terrassa como el tercero de Catalunya donde las entidades bancarias, principalmente, más demandas de ejecución hipotecaria interpusieron, por detrás de Sabadell, que ocupa el segundo lugar, y Barcelona, líder de este ranking.
El 90% en ocho años
En Terrassa y, en general, en toda Catalunya, las demandas han descendido, pero los datos acumulados hasta la fecha siguen poniendo de manifiesto la enorme vulneración del derecho a la vivienda que ha supuesto la crisis económica en la ciudad. En los últimos ocho años, entre 2008 y 2015, en el partido judicial de Terrassa se han tratado 5.845 procesos de desahucio, un 88,7% de todas las ejecuciones registradas desde 2001, fecha desde la que hay datos de este tipo. Es un índice de concentración ligeramente superior al experimentado, de media, en los 49 partidos judiciales que hay en Catalunya, que es del 86,1%.
La crisis económica ha provocado que el ámbito de Terrassa gane un triste protagonismo en el conjunto de Catalunya, una posición prominente que no le tocaría ostentar atendiendo a su peso demográfico. Es el octavo partido judicial de Catalunya (con 240.413 habitantes, 9 de cada 10 residentes en la ciudad). Entre 2001 y 2007, los años previos a la crisis, se registraban 106,7 ejecuciones hipotecarias al año, que convertían la ciudad en la séptima en el ranking catalán. En cambio, entre 2008 y 2015, la media se eleva hasta las 730,6 demandas anuales, alcanzando un total de 5.845 en este periodo, lo que convierte el partido judicial de Terrassa en el tercero del país en volumen de demandas de ejecución hipotecaria.
Si bien Terrassa ocupa la tercera posición en números absolutos, ocupa el primer lugar del ranking en cuanto al impacto de los desahucios en la población. El observatorio local, dependiente de Foment de Terrassa, ha hallado el índice de incidencia demográfica de los desahucios.
La primera entre las grandes
En sentido estricto, las 2,5 ejecuciones hipotecarias por cada mil habitantes sitúan Terrassa como el séptimo ámbito judicial de Catalunya por incidencia demográfica, por detrás de Tarragona, Amposta, El Vendrell o Vielha e Mijaran, localidades, la mayoría, con características sociales y económicas muy distintas a Terrassa y demográficamente, ámbitos muy modestos. En cambio, en relación a ámbitos de naturaleza metropolitana, Terrassa es el partido judicial donde las ejecuciones hipotecarias ejercen una losa mayor sobre sus habitantes. La comparativa se hace con municipios como Mataró (1,3 desahucios por cada mil residentes), L’Hospitalet de Llobregat (1,2), Granollers (1,8), Sabadell (2) o Badalona (1,5). Pero Terrassa no sólo ocupa la triste primera posición en cuanto a la huella que dejan las demandas hipotecarias entre estas localidades, sino también en relación a ámbitos demográficos equiparables fuera de la región metropolitana, como Lleida o Girona, con una media de 2 ejecuciones hipotecarias por cada mil habitantes.