Ocurrencia, búsqueda de notoriedad, desconocimiento o solución antigua. Así ha sido recibida la propuesta del portavoz de ICV, Manel Pérez, de explorar un nuevo pacto de izquierdas, entre PSC, TeC y ERC-MES, que acabe con la actual sociovergencia.
Los partidos directamente aludidos con esta reflexión del exconcejal afirman que en el futuro próximo no existe ninguna posibilidad de que se unan en el gobierno. TeC y ERC-MES consideran que, hoy por hoy, son más útiles en la oposición que en el Ejecutivo y el PSC afirma que su pacto con PDECat (la antigua Convergència) "funciona bien", a pesar de las dificultades de un gobierno en minoría y con partidos de naturaleza tan distinta.
Ni ICV ha propuesto al PSC explorar un tripartito ni el PSC lo ha hecho con ICV, ni con su formación de referencia en el Ayuntamiento, la coalición TeC. De ahí la "sorpresa" del alcalde, Jordi Ballart, a quien le parece "poco creíble" la propuesta de Pérez y que responde a una "voluntad de notoriedad política". "Si hay intención real de pacto, lo lógico es que se hable primero con los implicados, no con la prensa", critica Ballart, quien recuerda a Pérez que hace año y medio, cuando la primera opción del PSC fue un gobierno en coalición con TeC y ERC-MES, "no dijo nada" por hacer realidad esta posibilidad. "¿Qué ha cambiando en un año y medio?", se pregunta. El alcalde no amaga que un tripartito de izquierdas era lo que él persiguió tras las elecciones, pero no ahora, asegura: "El pacto con el PDECat, a pesar de que fue muy difícil, está funcionando bien". Al ser un gobierno en minoría, está obligado a buscar alianzas puntuales. Colaboración que ha encontrado en TeC y ERC-MES en asuntos relevantes y que espera que siga siendo "la tónica" en lo que resta de mandato.
Miquel Sàmper, líder de PDECat, afirma que la salud del pacto de gobierno "es de hierro" y pronostica que "durará hasta el final de mandato". Al menos, ésa es su intención, "por responsabilidad". Sàmper destaca el respeto "personal y político" hacia Pérez, pero considera "ilegítimo" que se plantee un cambio de alianzas a mitad de legislatura, especialmente en un contexto de crisis que dificulta la acción municipal: "Cuesta mucho tirar adelante los proyectos porque no tenemos recursos", afirma.
En TeC, la confluencia electoral en la que está integrada ICV, no han sentado bien las declaraciones de Pérez. Su portavoz, Xavier Matilla, cree que reflejan la "opinión personal" de alguien que tiene una "visión externa de la dinámica municipal actual", lo que le resta "relevancia". La posibilidad de un tripartito de izquierdas, fórmula con la que se ha gobernado la ciudad en distintos periodos de la democracia reciente, "ha existido siempre desde el punto de vista matemático", admite, pero para su grupo "nunca ha estado encima de la mesa la opción real de entrar en el gobierno". No hasta la fecha, asegura Matilla, que considera que TeC está haciendo "un buen trabajo" en la oposición. "No nos preocupa tanto estar en el gobierno o en la oposición, sino incidir en la política municipal para aplicar los cambios que Terrassa necesita". En cualquier caso, el líder de la confluencia no se cierra a nada. "La posibilidad de pacto existe, no la hemos descartado nunca. Si algún día se dan las circunstancias, y ahora no se dan, para poder entrar en el gobierno, nos lo plantearemos", explica. Eso o que exista una razón de peso para blindar determinadas decisiones. Matilla se refiere, por ejemplo, a la compleja municipalización del servicio de agua: "Nuestro compromiso es con unas determinadas políticas. Si es necesario que entremos para aportar los cambios que defendemos, lo haremos".
ERC se desmarca
En ERC-MES son aún más reticentes a repetir tripartito. No por una cuestión dogmática, explica Isaac Albert, sino porque "los tiempos han cambiado". Lo han hecho los liderazgos, la situación de la ciudad y de Catalunya en su conjunto. Por eso le sorprende que esta propuesta salga de ICV, con quien los republicanos compartieron gobierno en dos mandatos. "No podemos hacer discursos de cambio y seguir aportando las mismas soluciones", comenta.
El republicano asegura que "no hay proyecto de ciudad compartido con el PSC como para poder entrar en el gobierno". Su grupo tiene la "intención y la capacidad" de "generar un proyecto alternativo". La situación de Catalunya y los escenarios cambiantes también en la política española llevan a Albert a pronosticar que "el gobierno puede acabar de manera muy distinta a cómo ha empezado", pero matiza que los cambios "no pasan por ERC necesariamente".