El descenso de las temperaturas, el cambio horario y el hecho de que ahora caiga la noche antes hacen que, en otoño, muchas personas sientan más tristeza, cansancio, apatía, decaimiento, somnolencia y dificultad de concentración. Es la llamada astenia otoñal, que aparece por una mala adaptación del organismo a los cambios estacionales y suele durar unos días. Pero, ¿cómo hacerle frente?
Cuidar la alimentación
Una buena idea para vencer el desajuste en el cuerpo ocasionado por el otoño es hacer cenas ligeras para favorecer el descanso. Cenar de un modo más abundante, con un exceso de grasas o acostarse poco después de haber terminado la cena, puede afectar a la calidad del sueño y al descanso. Asimismo, la alimentación debe ser variada, incluyendo todos los grupos de alimentos, prestando una especial atención a los integrales, las semillas, los frutos secos y las legumbres.
Todos ellos tienen en común que son ricos en determinados nutrientes que favorecen el metabolismo energético, ayudándonos a contrarrestar el decaimiento cotidiano propio de la astenia otoñal.
Eso sí, hay que tener cuidado con los frutos secos. Deben consumirse a diario, pero en cantidades moderadas, sin sal, y crudos o tostados, pero no fritos. También es mejor evitar los excitantes en las horas de la tarde, así como el alcohol, ya que todo ello puede afectar al descanso. Mientras que los alimentos con triptófano (garbanzos, lentejas, habas) favorecerán la regulación del sueño.
Hacer ejercicio físico
Practicar deporte de una forma regular y con una intensidad moderada es bueno siempre, aunque en esta época del año más que nunca, puesto que ayuda a liberar el estrés y favorece el descanso. En especial, si el ejercicio físico se hace al aire libre y durante las horas de sol. Será una buena manera de regular el biorritmo del organismo.