Terrassa

Un hombre hirió a otro de un guitarrazo porque eructó

Un eructo a destiempo, o acaso demasiado sonoro, molesto al fin y al cabo, fue el detonante de un enfrentamiento entre dos individuos que acabó con un herido, el eructador, y con un procesado, el hombre que le propinó un guitarrazo tras sentirse molesto por que expeliese con ruido los gases del estómago. El agresor de la guitarra ha sido condenado a una multa de novecientos euros como autor de un delito de lesiones.

El altercado ocurrió el 11 de julio del 2015, pasada la medianoche, en la plaza del Mil·lenari, en el barrio de Sant Llorenç. Algo habían bebido. Los dos hombres empezaron a discutir cuando uno de ellos soltó el regüeldo estrepitoso. Y el otro agarró una guitarra.

Levantó el instrumento, seguramente portado para lides más festivas, y con él asestó a la víctima un golpe en la cabeza. El agredido perdió el equilibrio y cayó al suelo. Llevaba muleta porque días antes se había fracturado el peroné.

Herida contusa en la cabeza
Las repercusiones médicas del guitarrazo fueron una herida contusa en la cabeza y una inflamación en la rodilla derecha, pues el agredido se golpeó esa articulación al caer al suelo. Le tuvieron que poner puntos de sutura en la testa. La herida era de unos 3,5 centímetros.

El agresor se sentó en el banquillo en el juzgado de lo penal número 2 de Terrassa, donde fue a parar el caso, instruido como un delito de lesiones. Y fue condenado al pago de una multa de doce meses con cuota diaria de cinco euros. Novecientos euros en total. Además, el fallo judicial le obligaba al pago de una indemnización a la víctima, una cifra por determinar. El reo quiso apelar y presentó un recurso ante la Audiencia Provincial de Barcelona, que resolvió confirmar la primera resolución. Alegó el condenado que se dieron versiones contradictorias, que el único testigo de apoyo del denunciante era su pareja sentimental y que no había quedado claro si la víctima estaba sentada o de pie cuando pasó lo que pasó.

Según el tribunal, no ha lugar. La primera sentencia, dice, debe ser confirmada. No hay móviles espurios en la declaración de la testigo, que estaba al lado del denunciante y lo vio todo en primera persona. Y se establece una conexión, según los magistrados, entre el golpe con la guitarra en la cabeza y el parte médico de urgencias, que detectaba "herida frontal tras traumatismo directo".

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