Terrassa

La ofrenda a la Virgen del Pilar convierte la Plaça Vella en una fiesta aragonesa

Terrassa volvió a vivir ayer, como cada 12 de octubre, su jornada de cultura aragonesa, con la celebración de la Fiesta del Pilar organizada por el Centro Aragonés de la ciudad. A las diez de la mañana, la Virgen ya estaba instalada en el escenario montado en la Plaça Vella, frente a la catedral, como en Zaragoza, y comenzaba a recibir la ofrenda de flores. Muy cerca, un puesto de la entidad, atendido por un grupo de mujeres con indumentaria tradicional aragonesa, ofrecía claveles blancos, al precio de cuatro euros el ramo. "Este año son preciosos, y las mujeres del centro se han pasado los últimos días haciendo los ramos", comentó Victoria Crespo, presidenta del Centro.

Toda la mañana fue una sucesión de personas, de todas las edades, parejas, familias, que subían al escenario para depositar los claveles en la estructura que cubría la Virgen del Pilar a modo de manto. La mayoría se fotografiaban con la imagen y el miembro del Centro Aragonés que ayudaba a ponerlos.

Las sardanas, un éxito
A las 11.30 de la mañana comenzó una de las novedades de la fiesta terrassense del Pilar de este año: la actuación de la colla sardanista Amunt i Crits. Se desarrolló durante media hora, sin cobla (con música en cd), seguida muy atentamente por el público, ya numeroso a esa hora, y coronada con aplausos. Seguidamente, en la catedral del Sant Esperit, comenzaría la misa baturra, presidida por el obispo Josep Àngel Saiz Meneses, y con las interpretaciones del grupo folclórico del Centro Aragonés de Terrassa, Los Pilares de Aragón. Como como año, la misa baturra del Pilar llenó el Sant Esperit hasta el límite de su capacidad.

A la una de la tarde, el grupo de "trabucaires" Bandolers de Terrassa (su presencia era otra novedad de este año) formó en semicírculo en el centro de la Plaça Vella, a la vez que el alcalde Jordi Ballart llegaba a la catedral y la música se detenía. Diecisiete minutos después, Bandolers disparaban los primeros trabucazos en honor a la Virgen del Pilar. El alcalde, el obispo y la presidenta del Centro Aragonés subieron al escenario y depositaron conjuntamente una Cruz de Lorena, formada por claveles de color rojo, sobre el manto de claveles blancos; tal como viene haciéndose en Zaragoza desde 1960, y ante una Plaça Vella repleta de público.

"¡Y viva la virgen del Pilar"
Bandolers de Terrassa dispararon su tercera y última tanda de salvas de honor a la Virgen del Pilar, y comenzaron entonces las interpretaciones musicales y de baile, mientras caían las primeras gotas de lluvia. Los Pilares de Aragón tocaron piezas folclóricas, el grupo de niños y un hombre le cantaron a la Virgen del Pilar, recibiendo grandes aplausos, y finalmente, claro está, se bailó una jota, con gran entusiasmo y sentimiento, tanto que incluso contagió a una espectadora que, en la plaza, se puso también a bailar. Tras un gran aplauso, el grito de "!Y viva la Virgen del Pilar!" puso el definitivo punto final a la fiesta, justo cuando la lluvia comenzaba a ser algo serio. Al igual que sucedió también ayer en Zaragoza, en Terrassa había una previsión metereológica poco optimista, pero el cielo se mantuvo durante toda la mañana y el mediodía, y la ofrenda y la jornada en la Plaça Vella pudieron desarrollarse con normalidad (y un gran ambiente). Poderosa Virgen del Pilar. Cuando se puso a llover, solo quedaba un acto, y era a cubierto: la comida de hermandad en la sede del Centro Aragonés.

La celebración del Pilar en Terrassa se prolonga este año al fin de semana. El sábado por la mañana, el Centro Aragonés organiza en su sede un festival infantil y, por la tarde, una "ronda aragonesa" por las calles. El domingo alas 5.30 de la tarde, en la entidad, el grupo Aires de Aragón representará la obra teatral "La parentela de Lucas".

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