El grupo municipal de C’s ha puesto encima de la mesa sus condiciones para ver con buenos ojos la propuesta de ordenanzas fiscales e impuestos que en breve trasladará el equipo de gobierno a la oposición. Sus requisitos, aunque son pocos en número, son ambiciosos. Pide la congelación de la presión fiscal, más recursos para mejorar el servicio de limpieza y una inversión "sustancial" para proyectos de reequilibrio territorial en determinados barrios de Terrassa.
El portavoz de C’s, Javier González, asegura que encara el debate político más importante del año con "optimismo" y un talante "constructivo", pero señala que tienen algunos requisitos "irrenunciables". En primer lugar, considera que "dada la situación económica complicada y que la incipiente recuperación no ha llegado a las familias, es indispensable mantener la presión fiscal actual". González matiza, sin embargo, que algunas tasas podrían requerir de una "pequeña subida", como la de residuos, por ejemplo, para equiparar el precio que pagan los contribuyentes con el coste real del servicio de tratamiento y gestión de la basura. Hay otros tributos, en cambio, que no deberían tocarse, sobre todo, los relacionados con la actividad económica.
De cara a los presupuestos, C’s tiene dos peticiones muy concretas. En primer lugar, cree que ya es hora de aumentar la partida en limpieza, especialmente de la recogida de basuras. González pide "abordar seriamente" la inversión en limpieza que permita ampliar el alcance del sistema de recogida lateral de residuos, que se puso en marcha en junio de 2014. "Todo lo que no sea una inversión mínima de un millón de euros, implicará seguir poniendo parches", denuncia.
Actuar en los barrios
El concejal reclama también la creación de "un plan de reequilibrio territorial a dos mandatos vista". Comenta que Terrassa "carece un plan propio" para actuar desde el punto de vista urbanístico y social en los barrios. "Tenemos que poner en marcha un plan de barrios o distritos para poner en valor determinadas zonas que han sido tratadas como barrios de segunda", critica. Considera que el Ayuntamiento no debería confiar la regeneración urbanística sólo a la recepción de subvenciones europeas -como a los fondos Dusi a los que optaba la ciudad, pero que han sido denegados- o programas externos.
El edil afirma que hay un margen "importantísimo" para aumentar la inversión "sin que suba la presión fiscal". Critica que el planteamiento "austero" del equipo de gobierno, "obsesionado" por amortizar deuda, "está condicionando" la política de inversiones.