La incertidumbre es la palabra que reina estos días en la preparación de las ordenanzas y los presupuestos para el próximo ejercicio y el motivo por el que el equipo de gobierno todavía no ha presentado una propuesta al resto de grupos municipales. La inestabilidad en el Gobierno Central y, en consecuencia, la falta de un proyecto de Presupuestos Generales del Estado, están retrasando las previsiones económicas del Ejecutivo local, que quiere evitar determinar en solitario el escenario económico al que referenciar las cuentas del próximo ejercicio. Su idea es elaborar el diagnóstico y la proyección de ingresos y gastos con la oposición.
En las próximas semanas, el concejal de Hacienda, Alfredo Vega, y su equipo se reunirán con los distintos grupos del Ayuntamiento para buscar aliados. "Queremos contar con todos los grupos a la hora de definir el escenario en el que creemos que nos moveremos y a partir de ahí, plantear las cifras concretas de las próximas ordenanzas fiscales", sostiene Vega. "Sin proyecto de presupuestos hay muchas incógnitas sobre la mesa. Cualquier hipótesis puede ser una aventura y quiero contrastar con los otros portavoces qué escenario ven más probable", añade el concejal.
Esta invitación a la oposición a participar en la redacción de las cuentas no es altruista. El PSC, que por primera vez lidera un gobierno en minoría junto a CiU, necesita el apoyo de otros grupos para sacar adelante las ordenanzas y los presupuestos. Vega afirma que están abiertos a negociar con todos: "Empezaremos por el partido con más representación, Terrassa en Comú, pero estamos dispuestos a hablar con todos".
Precisamente, de los acuerdos alcanzados con la oposición para poder dar luz verde a las actuales ordenanzas fiscales se derivan algunas de las modificaciones en las que está trabajando el bipartito. El director del área, Pere Montaña, explica que han actualizado el catálogo de bonificaciones fiscales para que la referencia en aquellos descuentos vinculados a la capacidad económica del contribuyente sea el indicador de renta de suficiencia de Catalunya (IRSC), en lugar del salario mínimo interprofesional.
También se dispone ya de una revisión en profundidad de las categorías de las calles. Se trata de determinar unas jerarquías, en las que se tiene en cuenta el valor catastral, la proximidad a equipamientos y servicios o la implantación de actividades comerciales, que tienen un impacto a la hora de pagar el impuesto de actividades económicas (IAE) o la tasa de terrazas de bar, entre otros tributos.
A finales de mes, aprobadas
A pesar de las incógnitas, el responsable de las arcas municipales espera tener lista la próxima semana una primera propuesta para las tasas e impuestos del próximo año. La intención del Ejecutivo local es aprobar las ordenanzas fiscales de manera inicial entre el 27 y el 28 de octubre para que puedan entrar en vigor el 1 de enero. Aún así, insiste: "Nos encontramos con un grado de incertidumbre muy alto. Los presupuestos del Estado, que solíamos tener otros años para estas fechas, introducen variables muy importantes, como el techo de gasto, la participación en los ingresos del Estado (PIE) o las condiciones laborales de los funcionares". Aunque Vega prefiere ser muy cauto a la hora de explicar sus propias hipótesis, no esconde que se decanta por la prudencia, una cualidad del concejal que en más de una ocasión le ha supuesto recibir duras críticas de la oposición por ser demasiado conservador en sus proyecciones. "Prefiero pecar de prudencia que tensionar los ingresos del Ayuntamiento", afirma. El edil no confía demasiado en que aumente notablemente la aportación del Estado, que supone un ingreso muy importante para el Consistorio, del orden del 30%. Y, en cualquier caso, prefiere no hacer pronósticos demasiado halagüeños porque "siempre es mejor modificar un presupuesto si llegan nuevos ingresos y podemos aumentar el gasto, que hacer recortes si hay gastos no previstos".
El edil alberga muchas dudas sobre las posibilidades de aumentar la masa salarial de la plantilla. Para este año, después de muchos ejercicios con congelaciones, el Gobierno permitió a los ayuntamientos incrementar salarios un máximo de un 1%. "No sabemos qué pasará, pero sólo un aumento del 1% ya supone en este ayuntamiento reservar un millón de euros", comenta el edil.
Además de las dudas derivadas de la falta de presupuestos del Estado, también hay algunas propias, como, por ejemplo, las inversiones que tendrán que asumir como consecuencia del Plan de Acción Municipal (PAM), el proceso participativo para contribuir a diseñar las prioridades del Ayuntamiento de cara al próximo año. El edil asegura que no se han fijado un límite de gasto para el PAM y que decidirán en función de los proyectos.