Rodrigo García, artista argentino encargado de inaugurar el festival, reúne todos los requisitos para ser agraciado con este papel protagonista. Además de ser un dramaturgo, director y escenógrafo con prestigio internacional, es un "outsider" (como se le describía recientemente en un programa cultural de televisión) uno de los "enfants terribles" de la escena, al tiempo que dirige el Centre Dramático Nacional de Montpellier, en Francia.
Su teatro, explican los especialistas, "va más allá del texto, es un chute de adrenalina y un puñetazo físico a la sociedad." Se caracteriza por buscar constantemente un lenguaje personal y por probar de superar constantemente las formas del teatro tradicional. Así lo hace en "4", una historia que "trata de una acumulación de campanas, de cabezas de coyotes, de movimientos en ropa llena de jabón, de tocadiscos que tocan la cuarta sinfonía de Beethoven, de gallos, de niñas de 9 años, de un poco de literatura, de gusanos atrapados por plantas carnívoras, de samurais y de drones que llevan a la ciudad sueños en forma de música de campanas".