El modelo mixto es el idóneo y hay que contar con la valiosa experiencia de Mina. Las instituciones económicas y empresariales con más peso en Terrassa salieron a la palestra ayer para defender la gestión mixta del servicio de agua y pedir tener voz en el proceso de debate, que atraviesa una fase de acritud y tiras y aflojas entre la empresa concesionaria, Mina, y la mayor parte del arco político.
Es precipitado adoptar un cambio de modelo de gestión sin garantías de eficiencia y eficacia. Eso indicaron ayer en un comunicado conjunto la patronal Cecot, la Cambra de Comerç i Indústria y la Cambra de la Propietat Urbana, que abogan "por la contribución de la iniciativa privada en la gestión de las actividades de carácter económico y empresarial, especialmente las que tienen un eminente componente industrial y tecnológico". Las tres entidades defienden la vía de la colaboración entre el sector público y el privado "como una fórmula eficaz y eficiente para la prestación de los servicios públicos", y reclaman frialdad, cautela en cuanto a las repercusiones de una decisión precipitada.
Piden un análisis profundo "de los efectos económicos y sociales del cambio de modelo en la gestión y sus procedimientos", habida cuenta, sobre todo, de su relevancia social; de que afecta a uno de los servicios públicos, el de suministro de agua, "más sensibles" para los ciudadanos.
Un examen en profundidad de las consecuencias de una modificación servirá para evitar que la calidad del servicio resulte alterada. Pero no sólo la calidad, especifica el comunicado: también "su regularidad y competitividad hacia las necesidades de las empresas, los ciudadanos y la sociedad en general". Otra arista peligrosa a tener en cuenta, según las instituciones, radica en la posibilidad de un encarecimiento de las tarifas o un incremento en la fiscalidad municipal para compensar el probable mayor coste del servicio.
Experiencia
Es necesaria una gestión sustentada en la experiencia y el conocimiento para asegurar un suministro eficiente y productivo, resaltan las entidades económicas, que ponen en valor el papel desarrollado por la actual empresa concesionaria: "tiene todo el sentido contar con la colaboración de Mina como empresa operadora que, después de 175 años de trayectoria, puede aportar las garantías que requiere el servicio".
La gestión pública como tal no garantiza por sí misma una mejora en el nivel de calidad, subrayan las instituciones firmantes del comunicado. El debate generado sobre la desprivatización, en general, de servicios públicos y los supuestos beneficios de una municipalización de la gestión conducen a una percepción social cuestionable, según las instituciones: la que considera que la fórmula pública equivale a mayor eficiencia y menores costes.
El posicionamiento de las dos cámaras y la patronal recalca la idoneidad de la participacióin mixta: la pública, por un lado, para velar por el bien de todos y la privada empresarial, por otro, para asegurar una gestión con óptimos resultados. Y Mina, según las tres instituciones, ha demostrado solvencia como proveedor. Y prestigio y conocimiento.
Se debe reconocer "la función histórica desarrollada por la entidad a favor de la dinamización económica, empresarial y social de Terrassa y su comarca". Y su capacidad para llevar a cabo un proyecto riguroso, viable y con acreditado nivel sanitario y técnico "de alta complejidad tecnólogica". Un proyecto que garantiza altos estándares de calidad del servicio a empresas y particulares "a un coste competitivo y asequible".
La continuidad de Mina
Dicho lo dicho, tiene mucho sentido la propuesta de continuidad de Mina d’Aigües de Terrassa en la gestión, agrega el comunicado, tan claro en el fondo como ponderado en las formas.
La Cecot y las dos cámaras piden tener voz en el debate y, de hecho, anuncian que participarán en el proceso participativo impulsado por el Ayuntamiento debido a la finalización del contrato de concesión, prorrogado hasta junio del 2017. Y lo harán para defender sin ambages la fórmula de gestión mixta en una posición que también tomarán los gremios terrassenses de la construcción, el metal, el sector químico y el textil.