Los bajos precios parecen no ser suficientes para animar la compra de pisos. Al menos no lo que sería necesario para aligerar el voluminoso stock de pisos que sigue habiendo en Terrassa y reactivar el ciclo de nuevas construcciones.
Así lo constata el presidente del Gremi de la Construcció del Vallès, Toni Palet, quien explica que los pocos proyectos nuevos que hay en marcha se circunscriben, básicamente, a la construcción de viviendas unifamiliares. "El sector lleva un par de años muy estabilizado. Las empresas van trabajando, pero sobre todo en temas de reformas, mantenimiento y obras públicas", comenta Palet. En el ámbito de obra nueva, el trabajo está en viviendas particulares. "El sector está funcionando gracias a la autoconstrucción, a familias que levantan su propia casa o bien la quieren reformar", añade el presidente.
Las promociones inmobiliarias, en cambio, apenas son significativas. "Construir pisos es mucho más complicado porque implica a otro sector, como al bancario, y los bancos no quieren financiar nuevos proyectos con todo el stock inmobiliario que ellos tienen", afirma Palet. Además, señala, los créditos que las entidades están dispuestas a ofrecer "tienen unas condiciones extremas que hacen que el proyecto no resulte viable". En esta situación, "pocos empresarios pueden hacer frente a inversiones tan importantes".
Pequeñas promociones
Las pocas promociones que se están poniendo en marcha, añade, son pequeñas, de cuatro o seis pisos. Eso sí, viviendas amplias, de 100 metros cuadrados y que tienen entre tres y cuatro habitaciones. Se acabó la etapa de los minipisos. Ya no tienen salida. La tuvieron, explica Palet, porque era una manera de ofrecer un producto a los jóvenes que querían independizarse. "Los minipisos eran fruto de la falta de suelo disponible y del elevado precio que tenia ese suelo, con lo que la repercusión en los precios de venta era enorme y hacía muy difícil que las parejas jóvenes pudiesen permitirse otra cosa", recuerda.
En cambio, el tipo de vivienda que se está levantando ahora es precisamente la que dejó de construirse en la época dorada del ladrillo porque salía carísima. Palet confía en que dentro de un año, el abanico de promociones inmobiliarias en construcción sea mucho más amplio que el actual, aunque aventura que serán pequeñas fincas, lejos de los macrocomplejos de hace una década.