El mercado inmobiliario ha sufrido un auténtico cataclismo en la última década. Y Terrassa ha sido una de las ciudades que ha liderado los rankings de este sonado batacazo. La ciudad que más y más rápido construía mientras la burbuja no dejaba de crecer, se convirtió también en la que más han hecho estragos los pedazos de un estallido que todavía resuena en forma de amplio stock disponible, viviendas "ocupadas" y familias en la calle incapaces de asumir las abultadas hipotecas.
Desde que los precios alcanzaran su máximo histórico, en el segundo trimestre de 2007, el valor de los inmuebles ha descendido un 58,5% en la ciudad. Entonces, el metro cuadrado de una vivienda de renta libre se pagaba a 2.753,2 euros, mientras que la serie estadística del Ministerio Fomento revela que en este momento (datos del segundo trimestre) ese mismo metro cuadrado cuesta 1.142,8 euros. Entre ambas fechas distan nueve años de diferencia y 1.610,4 euros, lo que significa casi un 60% menos.
En Terrassa, el pinchazo de la burbuja llegó antes y fue más profundo que en nuestro entorno. La caída de precios empezó a notarse a finales de 2007, cuando en el resto de Catalunya y España, los valores empezaron a descender a mediados de 2008. La debacle de precios también ha sido más acusada. Mientras que aquí los valores han caído un 58,5%, en el conjunto de España, los pisos se han abaratado la mitad; concretamente un 28,3% desde que alcanzaran su tope, en el primer trimestre de 2008.
En ascenso desde 2015
La remontada de precios, que muy ligeramente ha empezado a notarse, está costando más en Terrassa que en el conjunto de Catalunya y España. Aquí, el valor del mercado inmobiliario se ha recuperado un 3,1% desde el mínimo, alcanzado en el primer trimestre de 2015, cuando el metro cuadrado cayó hasta los 1.107,9 euros. En el global de la península, desde el valor mínimo, registrado en el tercer trimestre de 2014, las fincas se han revalorizado un 3,5%. Pero, la principal diferencia del mercado inmobiliario egarense respecto a la tónica que domina la media catalana y española es que se parte de valores mucho más bajos.
Terrassa es una ciudad barata. En este momento, con datos recogidos entre abril y junio, un inmueble de renta libre en la ciudad cuesta 1.142,8 euros por metro cuadrado. La media española está en 1.506,4 euros/m², pero la catalana es aún más elevada. Un piso cuesta, de media, en Catalunya, 1.757,8 euros/m². Si nos acercamos aún más al ámbito territorial donde está encajada Terrassa, la distancia es más acentuada. En la provincia de Barcelona, un piso cuesta 2.018,9 euros/m², casi el doble que en la ciudad.
Estas diferencias tan abultadas han convertido Terrassa en uno de los municipios donde resulta más asequible adquirir una vivienda, y la oferta es abundante. De entre las poblaciones de similares dimensiones, Terrassa es la más barata. En Hospitalet, la media está en 1.465 euros/m². En Badalona (tercera ciudad de Catalunya en población, justo por delante de nuestra ciudad) el metro cuadrado se paga a 1.552 euros. En la vecina Sabadell, a 1.220 euros y en Santa Coloma de Gramenet, la vivienda cuesta 1.345 euros/m².
Nuestro entorno más inmediato, el comarcal, también cuenta con precios más caros: Rubí (1.290 euros/m²), Cerdanyola (1.664 euros/m²) y Barberà (1.421 euros/m²). Tan solo hay cuatro municipios barceloneses donde resulta más barato adquirir un inmueble: Manresa (929 euros/m²), Igualada (1.026 euros/m²), Vilafranca del Penedès (1.096 euros/m²) y Vic (1.132 euros/m²).
Suben las ventas
El año ha arrancado con ligeras subidas de precios, más acusadas en el primer trimestre. Entre enero y marzo, los precios en Terrassa crecieron un 4,3%. En el segundo periodo del año, el ascenso ha sido menor, de apenas un 1,2%. En términos generales, el mercado está bastante estable en lo que a valores se refiere, pero el movimiento en las compraventas es más dinámico.
La ciudad cerró 2015 con un balance muy positivo. Las transacciones se incrementaron un 24%, siendo la cifra más elevada de los últimos tres años. A lo largo del pasado año se vendieron un total de 1.826 viviendas, mientras que el año anterior, las operaciones fueron 1.471. El año también ha arrancado en positivo. Durante el primer trimestre se han formalizado 487 transacciones, un 14% más que en el mismo periodo de 2015.