La disolución de Sangtraït hace quince años dejó huérfanos a un buen número de seguidores, y sino que se lo pregunten a las decenas de fans que se reunieron el sábado en el Cultural y que aún hoy en día siguen jaleando las canciones de la banda.Con todo, y esto es lo más curioso, Sangtraït tiene también seguidores nuevos, que nacieron demasiado tarde para conocer a la banda "en vida." Todos ellos se reunieron en un concierto que contó con muchos asistentes de fuera de Terrassa, y que certifican la vigencia de una propuesta que en parte está teniendo su continuidad con el proyecto que comparten Quim Mandado, Martí Rodríguez y Joan Cardoner, Los Guardians del Pont. Con este espectáculo, los tres han encontrado una buena fórmula para revivir las tan recordadas canciones de la banda, y a la vez, para promocionar de paso un proyecto que bebe del espíritu de la formación antecesora, aunque en formato reducido.
Entre las bazas más importantes de este homenaje en clave sinfónica está la presencia de una formación de cámara de calidad, y cómo no, la defensa de los temas a cargo del que fuera cantante de Sangtraït, junto con su emblemático batería.
Siguiendo la estela de grupos bandera como Scorpions o Metallica, que también unieron la contundencia de sus ritmos con la fogosidad de una orquesta, Los Guardians del Pont han encontrado un vehículo ideal para satisfacer las demandas de más Sangtraït y de versiones de la banda que con toda seguridad deben recibir en sus conciertos.
El grupo estuvo durante su actuación alternando sus actuales canciones, todas ellas con su propia razón de ser y algunas incluso con sus nociones de historia (caso de "Beziers 1209"), con algunas piezas míticas o incluso de rarezas de aquellas que difícilmente habían sonado en directo,caso como "La reina de gel" o "Freddie Memorium" (en recuerdo al cantante de Queen.)
De viento y tierra
El título general del espectáculo, "Simfonia de les pedres i el vent" se antoja como muy apropiado a la hora de describir el sonido que, con la colaboración de la Orquestra de Cambra de l’Empordà, constituye un auténtico encuentro entre lo etéreo y lo muy terrenal. El punto de encuentro es la majestuosidad, y un discurso que en ningún caso es un relleno, sino más bien un crecimiento, e incluso un enriquecimiento (tanto en el plano melódico como en el rítmico); ambas formaciones se han acoplado con naturalidad, sin que el matrimonio parezca forzado, sino más bien fruto de una mutua admiración. Nadie dijo que ser músico clásico era incompatible con ser aficionado al hard rock, lo mismo a la inversa.
En ese contexto, las mismas sensaciones se vivieron en platea, con un público muy entregado que vibró, coreó y jaleó las canciones más conocidas. No faltaron "El vol de l’home ocell", "Els senyors de les pedres" o "Somnis entre boires."
Otros momentos álgidos los constituyeron la aparición de la estelada o algunos solos, especialmente el que ofreció Martí Rodríguez a la batería. La orquesta tuvo también un papel preponderante en algunos momentos, haciendo valer la propia contundencia de las cuerdas sonando al unísono, con la fuerza de la tormenta o el ímpetu del huracán.
Buen resultado, en suma, de este concierto de homenaje de una de las bandas míticas de rock cantado en catalán de todos los tiempos.
FICHA TÉCNICA
Quim Mandado, Martín Rodríguez, Joan Cardoner y los integrantes de la Orquestra de Cambra de L’Empordà. Sábado, 17 de septiembre. Centre Cultural.