Se parecen como dos gotas de agua. Son dos edificios con una geometría, un estilo y, en definitiva, una línea arquitectónica enormemente parecida aunque uno está en Terrassa y otro en Londres. Uno es el Vapor Aymerich, Amat i Jover, actual sede del Museu de la Ciència i la Tècnica de Catalunya, diseñado por el arquitecto Lluís Muncunill i Parellada (Fonollosa, 1868 – Terrassa, 1931). Otro es la nueva terminal 2 del aeropuerto londinense de Heathrow, creada por el arquitecto Luis Vidal (Barcelona, 1969).
Tienen, desde luego, curiosos parecidos; unos claros rasgos que les unen pese a sus diferencias de ubicación, de tiempo y de uso.
En la madrugada del 4 de junio de 2014 aterrizaba el primer vuelo en la nueva gran infraestructura del transporte londinense, la terminal 2, llamada también la Terminal de la Reina, del bullicioso aeropuerto de Heathrow, uno de los de mayor tráfico aéreo del mundo. Reemplazaba la abierta en 1955 y que en su día fue la primera terminal de aeropuerto para pasajeros construida en el mundo. Y fue la propia reina Isabel II quien inauguró oficialmente estas nuevas instalaciones el 23 de junio del mismo año 2014.
Lo que más recuerda la similitud de ambos edificios es lo que les otorga más personalidad: su cubierta y sus ventanales, de casi idénticas formas ondulantes cuyo objetivo, en ambos casos, es el mismo, la optimización de la luz natural. En la fábrica Aymerich, Amat i Jover, la gran nave de planta rectangular de unos once mil metros cuadrados, destaca por la cubierta de diente de sierra realizada con el recurso arquitectónico de la volta catalana de ladrillo plano descansando sobre columnas de hierro colado. Sus grandes ventanales o claraboyas están orientados al norte ofreciendo una luz cenital que se dispersa por toda la gran nave.
Un gran legado
El arquitecto Lluís Muncunill fue el encargado de crear el Vapor Aymerich, Amat i Jover que fue una de las grandes fábricas textiles de la ciudad y se le considera como uno de los edificios industriales más bellos del modernismo. Muncunill dejó en nuestra ciudad un maravilloso legado arquitectónico, desde la elaborada fachada y la sala capitular del Ayuntamiento (1900-1902) hasta la singular Masia Freixa (1907-1910), el clásicismo expresado en el Gran Casino (1920) o la Escola Industrial de Terrassa (1901). Pero la fábrica textil Aymerich, Amat i Jover fue una de sus obras maestras y un centro de producción vital en la Terrassa de la época en la que llegaron a trabajar unos 400 empleados en 1915. Más tarde, este gran centro textil pasó por diversas vicisitudes, fue decayendo su uso y también su conservación. En las trágicas riadas de 1962 la fábrica quedó gravemente afectada. Cerró en 1976. Después, tras un largo proceso, la Generalitat la adquirió en 1983 y se convirtió en el actual Museu Nacional de la Ciència i la Tècnica de Catalunya, creado en 1990.
Cuando el Vapor Aymerich, Amat i Jover ya prácticamente agonizaba, el 16 de enero de 1969 nacía en Barcelona Luis Vidal, actual responsable de Luis Vidal Architects, y autor de esta terminal 2 de Heathrow. De hecho, el diseño de infraestructuras aeroportuarias es una de las grandes especialidades de este arquitecto que aunque catalán, está afincado en Palma de Mallorca si bien su amplia y reconocida trayectoria le ha llevado a tener estudios en Madrid, Santiago de Chile, Houston o Londres. Su obra está repartida por todo el mundo y sus señas de identidad se perciben en aeródromos como los de La Coruña, Valladolid, Reus, Zaragoza, Murcia, Lanzarote, Pamplona, Varsovia, las torres de control de Menorca y Baltimore así como otras instalaciones aeropurtuarias aunque la terminal 2 de Heathrow es uno de sus trabajos más emblemáticos. Y en esa terminal, el rasgo más distintivo es también su cubierta ondulante cuyo propósito tiene tres vertientes. Por un lado, sus tres bóvedas gigantes a modo de ventanales, quieren guiar los tres pasos principales de la salida de un pasajero: el "check-in", la seguridad y el control de salida. Por otro lado, proporcionar una luz natural uniforme y, en tercer lugar la reducción del consumo de energía.
Grandes ondas
Como señala Luis Vidal en sus redes sociales, en Heathrow "la cubierta marca tres grandes ondas que delimitan de manera ordenada y secuencial los procesos que realiza un pasajero en salidas (facturación, control de seguridad y embarque) promoviendo la orientación intuitiva" La nueva sala de embarque del aeropuerto es un espacio moderno y luminoso, con ventanas de diez metros de altura y tragaluces. Los pasajeros pueden relajarse y disfrutar de luz natural en un edificio que produce un 40% menos de emisiones de carbono que al que reemplaza.
Si Muncunill naciera de nuevo y viajara a Londres no sabemos qué pensaría, pero le recordaría a algo que hizo hace cien años.