El Museu Nacional de la Ciència i de la Tècnica de Catalunya (mNACTEC) ha abierto esta semana un nuevo espacio expositivo que tendrá carácter permanente y con el que este equipamiento quiere sacar a la luz sus tesoros escondidos, o al menos una porción de ellos.
La escasez de espacio ha dado lugar a que los creativos del museo hayan ideado una fórmula para que, en apenas los metros cuadrados que ocuparía el comedor grande de una casa, se puedan exponer estas joyas del fondo patrimonial del museo bajo el título de "Tresors mNACTEC."
El espacio escogido era antes un almacén y ahora es un cubículo moderno, de paredes tipo espejo negras, que albergan algunos secretos. De hecho lo que hay al fondo es en realidad un "video wall" en el que se proyecta un audivisual introductorio de los objetos expuestos. Estos aparecen de forma sorpresiva para ilustrar lo que explica el relato audiovisual, para poder visitarse por entero una vez finaliza la explicación.
El director del museo Jaume Perarnau, destacó que la nueva museografía permite "interactuar y provocar sensaciones en el espectador, en un espacio más íntimo." Es un entorno permanente que se utilizará para que vean la luz algunas de las joyas del museo, empezando por su fondo de máquinas de escribir.
Sistemas de escritura
A través de esta muestra se explica "la evolución d e la escritura hasta hoy en día, con los diferentes sistemas para poder escribir." De hecho la propuesta se complementaría con el espacio que el mNACTEC dedica a los ordenadores, con una selección de "las máquinas más relevantes y singulares que posee el museo", una veintena frente a las más de trescientas que están en reserva.
Para Perarnau la nueva museografía es"un paso más adelante de la forma más clásica y habitual de exponer." Además el hecho de que el espacio pueda albergar distintas exposiciones con el mismo formato permite que ésta sea "una inversión que se mantiene y se reaprovecha."
Carme Prats, coordinadora de "Tresors mNACTEC", añade que en este espacio "se crea una especie de magia; lo hemos probado en grupos de niños pequeños (entre 4 y 12 años) y las reacciones han sido muy interesantes." Para las nuevas generaciones puede resultar sorprendente entrar en contacto con esta máquinas que anticipan al teclado táctil al que están más habituados. También conocer cómo funcionaban técnicamente estos aparatos, desde los primeros hasta las máquinas eléctricas.