El cerco sostenido de la Justicia a asociaciones de consumidores de marihuana tendrá a partir del lunes próximo una prueba de fuego. Para ese día, la Audiencia Provincial ha señalado el inicio de un juicio a los responsables de un club de Terrassa, radicado en la calle de Marinel·lo Bosch, que fueron procesados como presuntos autores de un delito contra la salud pública, de tráfico de drogas, y de otro de asociación ilícita. Los acusados son cuatro, tres hombres y una mujer. El fiscal pide para los dos presuntos directivos de la entidad siete años de prisión; para los otros dos encausados, considerados miembros activos, seis años.
La asociación cannábica se constituyó en diciembre del 2012, con sede en la calle de Marinel·lo Bosch, y se acabó convirtiendo en una de las más exitosas de una ciudad, Terrassa, que en el último lustro ha experimentado una floración de este tipo de entidades. Dos de los acusados, un hombre y una mujer, eran presidente y tesorera, respectivamente, mientras que otra chica hacía las funciones de secretaria, si bien su participación en los supuestos hechos delictivos no ha quedado probada, según el fiscal.
En abril del 2013, la Generalitat inscribió a la entidad en el registro de asociaciones. Su tarea pasaba por ser inocua pues, a tenor de la acusación, los estatutos de la asociación "limitaban su objeto a actividades culturales inofensivas de estudio, reflexión y divulgación científica en torno al uso del cannabis y sus propiedades"; no se incluían otras finalidades "de carácter ilícito como el fomento o la difusión de marihuana o hachís".
Pero desde la fundación de la entidad, tanto sus dirigentes como sus dos "miembros activos" vendieron "de forma indiscriminada marihuana y hachís a los consumidores" que acudían al centro a diario, manifiesta la acusación. Los compradores de las sustancias fueron asociados al club "con un simple trámite privado por anotación de sus datos personales en el registro", añade el fiscal. Los socios recibían carnés y abonaban cuotas para los gastos. Desde su inscripción, los socios retiraban las dosis de droga que compraban en bolsitas.
Eso afirma el Ministerio Público en su escrito. Y afirma también que los acusados obtenían la marihuana del cultivo propio. Disponían de una plantación en Les Fonts, sin autorización para producir y distribuir estupefacientes, "no constando siquiera que se hubiera solicitado licencia de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios", apunta el Ministerio Fiscal.
Informaciones
El Cuerpo Nacional de Policía comenzó a investigar al grupo tras recibir informaciones sobre la existencia de una plantación de maría en Les Fonts. Unos agentes vigilaron la finca y siguieron a quienes la frecuentaban. Y establecieron el nexo entre la nave del cultivo y la asociación cannábica. Los investigadores controlaron entonces la sede del club, en la calle de Marinel·lo Bosch, y vieron "una constante afluencia de personas" que retiraban marihuana y se largaban del local con sigilo.
Los policías pararon a varios consumidores en los aledaños. Los habían seguido por la calle. A uno le aprehendieron una bolsita con 2,37 gramos de maría el 7 de noviembre del 2013; a otro le confiscaron, diez días después, 1,587 gramos de la misma sustancia. Entre una aprehensión y otra, el 11 de noviembre, los agentes se incautaron de dos bolsitas con 1,89 gramos. Hubo otra identificación de un consumidor, con decomiso, el 22 de noviembre, con casi tres gramos de sustancia, y otra el 4 de diciembre, con la incautación de una bolsa con tres gramos de cannabis.
Registros
La Policía Nacional, reunidos los indicios, pidió al juzgado de instrucción 2 de Terrassa la autorización para registrar tanto el local de la asociación como la finca donde supuestamente se cultivaba el cáñamo. El 10 de diciembre del 2013 se desarrolló el operativo policial en los dos sitios.
En la calle de Marinel·lo Bosch, los agentes decomisaron más de un kilo de droga (de peso bruto), entre hachís y maría; en el mostrador, en bolsas, en un bote, en una estantería. En Les Fonts, en la calle de Santa Teresa, hallaron casi 95 kilos de maría en peso bruto, según el Ministerio Público. Y 2.840 euros.