Es su pascua, la fiesta más significada del año, junto al Ramadán, algo semejante en importancia colectiva a la Navidad cristiana. Los musulmanes celebraron ayer el Día del Sacrificio, la Fiesta del Cordero. Muchos, cientos, empezaron la jornada participando en el rezo que, como cada año, tiene lugar en la zona deportiva de Can Jofresa.
El Aid El Kebir conmemora el hecho del profeta Abraham, que estaba presto a sacrificar a su hijo para mostrar su obediencia a Dios, pero Alá, in extremis, y probada la sumisión del profeta, le envió un cordero, y al cabo fue el animal el sacrificado.
Las familias muslimes (las que se lo pueden permitir) acostumbran adquirir un cordero que, una vez sacrificado en mataderos con el rito islámico (el rito halal), mirando a La Meca, es partido en tres porciones: una para la familia, otra para amigos y allegados y una tercera para los más necesitados. La generosidad, junto con el perdón de ofensas, es uno de los puntales de una fiesta que, en ocasiones, puede durar tres días. Los ricos ágapes de la celebración giran alrededor del cordero cocinado. La coincidencia de la conmemoración tradicional de los musulmanes con el inicio del curso escolar motivó que numerosos menores retrasasen un día su incorporación a la actividad académica.
Flujo de transacciones
La Fiesta del Cordero también redunda en un aumento del flujo de dinero a países musulmanes. Muchos inmigrantes, sobre todo marroquíes y senegaleses, aprovechan estas fechas significadas de su calendario religioso para enviar dinero a sus familiares y, según el operador de servicios de pago Small World España, el flujo de transacciones se incrementa en esta época un 24 por ciento en comparación con meses anteriores.
LA CIFRA
16.000. En Terrassa hay unas 16.000 personas de confesión mahometana. Según datos de la Unión de Comunidades Islámicas de España, el 4 por ciento de los habitantes del país es musulmán