La radiografía del sector educativo a día de hoy en la ciudad, que también se da en Catalunya, nada tiene que ver con años atrás. Si en el pasado, con el boom de los natalicios y la inmigración, había que incrementar las plazas de infantil y primaria, en el presente hay que aumentar las de secundaria para atender, precisamente, las promociones numerosas de 6º de primaria que salen de las escuelas.
Echando mano de las estadísticas, estas dicen que la matrícula de la ESO, de la etapa donde se escolarizan los niños de 12 a 16 años, ha pasado en los últimos cinco años de 8.114 a 8.891 alumnos, lo que representa un crecimiento de un 9,6 por ciento. El aumento ha sido absorbido por la red pública, que ha ampliado el número de centros y plazas, mientras que la red privada concertada se ha quedado prácticamente igual.
Así, de los 8.891 alumnos del último curso, el que se cerró en junio de 2016, más de la mitad (4.526, un 51 por ciento) estudiaba en centros públicos y el 49 por ciento (4.365) en la concertada. Un reparto casi equivalente por ambos sectores educativos pero distinto al de años atrás cuando la concertada escolarizaba más estudiantes de la secundaria obligatoria que la pública.
Nuevos institutos
La demanda en la ESO crece desde el curso 2010-11 aunque fue a partir del 2012-13 cuando se disparó de manera notable. En esos años fue cuando se crearon los institutos públicos, el de Les Aimerigues en La Maurina y el de Can Roca en el Pla del Bonaire. Los nuevos centros están en sedes provisionales. Les Aimerigues en el antiguo edificio que ocupó la Escola Germans Amat y el de Can Roca en barracones en la avenida de Bèjar.
Los proyectos para la construcción de los nuevos centros de secundaria siguen avanzando. Ensenyament se ha comprometido a llevar a cabo estos equipamientos y sitúa su apertura para el curso 2018-19. Eso quiere decir que las comunidad de Les Aimerigues y Can Roca mantendrán su provisionalidad durante dos cursos más. En el primero ya han empezado el bachillerato mientras que en el segundo, el de Can Roca, lo hará el próximo curso 2016-17.
Durante este tiempo, el departamento ha tenido que invertir en cada centro para adecuarlo a las necesidades. El de Can Roca es el que plantea más retos porque está en módulos y cada año requiere de más terreno para aulas y patio. Para el nuevo curso, el Ayuntamiento ha cedido una zona de vía pública en la calle de Vilafranca del Penedés y trasladar el aparcamiento en batería a otro lugar. La propuesta municipal provocó el rechazo de los vecinos pero, al final, se ha conseguido un acuerdo a cambio de algunas contrapartidas.
La apertura de los institutos no ha sido suficiente. Como sucedió en infantil y primaria, Ensenyament también ha tenido que aumentar aulas en centros consolidados. La mayoría de institutos que estaban con dos líneas de ESO han pasado a tres y cuatro líneas e, incluso, los dos provisionales. Así, para el nuevo curso se amplían plazas de 1º de ESO en Nicolau Copèrnic, Blanxart y Can Roca y ofrecerán cuatro grupos de ingreso.
Cierre de líneas en P3
La situación es totalmente a la inversa en infantil donde en párvulos de 3 años (P3) la demanda va cayendo desde 2013-14. En ese curso se matricularon 1.459 alumnos frente a los 1.663 del año anterior (2012-13) perdiendo poco más de doscientos. Para el nuevo curso 2016-17 se espera otro descenso igual o superior, motivo por el que ya se cerraron seis grupos de P3 en la pública antes de abrir la preinscripción. Los colegios afectados por esta reducción son El Vallès, Font de l’ Alba, La Nova Electra, Marquès Casals, Pere Viver y President Salvans.
La medida comporta la supresión de 150 plazas (la mitad de lo previsto si se tiene en cuenta que la natalidad ha bajado en más de 300 niños) y se han elegido estos centros y no otros porque en el histórico ya presentaban un nivel de demanda bajo. Con todo, el cierre de líneas ha sido criticado por la comunidad educativa. Sindicatos de la enseñanza, como CCOO, UGT y Ustec, defienden que Ensenyament debería apostar por rebajar las ratios de las aulas para ganar en calidad en lugar de eliminar plazas.
También han reprochado que el anuncio del cierre saliera antes de la preinscripción porque esto puede retraer a las familias y, por tanto, que las escuelas afectadas tengan aún menos solicitudes de las que pueden atender. Asimismo consideran que la supresión de grupos también debería aplicarse a la concertada pero Ensenyament ha reiterado que en esa red se decide el cierre y apertura de grupos en función de la matrícula y que para ello hay que esperar a septiembre con el inicio del nuevo curso. En este sentido, la dirección de Serveis Territorials de Ensenyament no descartaba que algún centro concertado de Terrassa tuviera que reducir alguna línea de párvulos de 3 años pero no se aventuró a dar más datos.
DATOS
Bajo estas líneas publicamos las matrículas de ESO de dos cursos en los últimos cinco años:
Curso 2015-16: 8.891 alumnos (51% en la red pública y 49% en la red concertada)
Curso 2010-11: 8.114 alumnos (46% en la pública y 54 por ciento en la concertada)