Cada vez, la expectativa de vida es más larga. En Terrassa hay 1.214 personas que tienen más de 85 años y de estas hay 840 (un 69 por ciento) que son mujeres. Las féminas viven más años y la mayoría envejecen mejor.
Josefa Checa Cárdenas, vecina del Antic Poble de Sant Pere, cumplió ayer 105 años, con un estado de salud bastante envidiable a su edad. Cuenta su hijo, Santi, que vive con ella, que su madre llegó a los 102 sin ninguna enfermedad notoria hasta sufrir un ictus. "Desde entonces, en los últimos tres años, ha perdido algo de memoria y bastante movilidad pero aún es autónoma para comer y de vez en cuando se atreve a dejar la silla de ruedas y andar un poco por casa".
Felicitaciones
Josefa recibió en el día de ayer las felicitaciones de los familiares más cercanos y la visita de algunos de ellos porque muchos trabajan o apuran sus vacaciones. Fue agasajada por dos hijos, Santi y Josefina, de los cinco que tuvo con su esposo Santiago Requena García. También acudieron una sobrina, Maria Jesús y su marido, y una nieta, Paqui. Fue una primera felicitación a la espera de la fiesta de aniversario que le preparan para el próximo 9 de septiembre en un local de la ciudad.
La más que centenaria Josefa nació en Alquife, un pueblecito de Granada. En tierras andaluzas creció y se casó con Santiago Requena. El matrimonio se resituó en La Calahorra, cerca de Alquife, tuvo cinco hijos (tres ya han fallecido) y en 1964 se trasladaron a Terrassa, donde echaron raíces y con el tiempo se quedaron casi todos, salvo una hija que estableció su residencia en Sant Vicenç de Castellet.
Dedicada a la familia
Josefa, que ahora cuenta con dos hijos, catorce nietos, quince bisnietos y cinco tataranietos, se dedicó a la familia y a la casa. Su hijo Santi, de 67 años, destaca de su madre
su vitalidad, fortaleza y su ilusión por viajar. Tuvo la posibilidad de hacer maletas y visitar algunas ciudades europeas junto con Santi que era chófer de autocar y de camiones.
Y combinó estas salidas al extranjero con su regreso temporal cada año a la casa familiar del pueblo La Calahorra de Granada, donde en los últimos años ya pasaba largas temporadas de seis meses. Sin ir más lejos, el año pasado, cuando Josefa tenía 104 años, realizó este viaje a su localidad natal en coche acompañada de su hijo.
Josefa ha llegado a los 105 y no se sabe si podrá superar el reto familiar. Santi contó que un abuelo o bisabuelo -no pudo precisar con exactitud- de su familia falleció con 110 años. Larga, larga vida.