“Café Society”, de Woody Allen, es una comedia de amores imposibles ambientada en los años 30. La acción se desarrolla entre Nueva York y Hollywood y el protagonista, Bobby, es un joven que se enamora de una chica llamada Veronica, que trabaja como secretaria de su tío, que es agente en la Meca del Cine. Cuando ella le deja, Bobby regresa a Nueva York, empieza a trabajar como gerente de un club nocturno y se casa con otra mujer que también se llama Veronica aunque sigue enamorado de la primera. Tiene un reparto, una ambientación, una fotografía y una banda sonora impecables pero apenas hace reir, le sobra voz en off, su final es un poco desconcertante porque acaba bruscamente cuando menos te lo esperas y su guion resulta disperso dado que combina dos tramas paralelas –una triste y melancólica historia de amor y una parodia mafiosa de humor negro– que parecen pertenecer a dos films completamente distintos. Hubo un tiempo en el que cada película de Woody Allen era mejor que la anterior y, aunque el cineasta siempre abordaba los mismos temas (la pareja, el judaísmo, la muerte, la vida social, el jazz, los intelectuales, las neurosis), lo hacía contando una historia diferente en cada ocasión. Actualmente, a sus 80 años, parece que ya no le queda nada nuevo por decir y tal vez debería tomarse un respiro. No es que “Café Society” sea mala, que no lo es, pero resulta bastante trivial y da la sensación de que la hemos visto ya mil veces (y más divertida) antes. La curiosidad es que se trata de la primera vez que Allen rueda en formato digital y la anécdota,que el personaje de Steve Carell tenía que hacerlo Bruce Willis pero el director le despidió porque no se aprendía el diálogo.
Intérpretes: Jesse Eisenberg, Kristen Stewart, Steve Carell, Jeannie Berlin, Corey Stoll, Blake Lively, Parker Posey. (Cinesa).
“Cuerpo de élite”, de Joaquín Mazón, es una delirante comedia que parece una versión de “Loca academia de policía” a la española, lo que comporta que esté llena de chistes de madrileños, andaluces, vascos, catalanes, gallegos, murcianos, inmigrantes latinoamericanos, acentos, himnos y banderas, aunque todos bastante inofensivos –como en “Ocho apellidos vascos” y “Ocho apellidos catalanes”–, no vaya a ser que alguien se ofenda. También contiene parodias de “Misión: Imposible” y de las películas de James Bond, que es algo que está tan visto que ya no tiene gracia, así como un homenaje a Berlanga –el personaje de Jordi Sánchez se apellida como el de Saza en “La escopeta nacional”– que no viene a cuento de nada. La cosa va de un agente de movilidad madrileño, un ertzaina, un mosso d’esquadra, una guardia civil andaluza y un legionario ecuatoriano, a los que luego se unirá un policía nacional gallego, que se entrenan para cumplir una misión ultrasecreta por orden del ministro del Interior, que es un tipo un poco siniestro. Tiene algunos episodios divertidos (el interrogatorio, la parte final en la Puerta del Sol) pero en general da la impresión de que los guionistas se han tomado algo raro (puede que lo mismo que los de “Escuadrón suicida”, que es el otro producto alucinante/ alucinógeno de la cartelera) que les ha hecho mucho efecto. La curiosidad es que, aunque salen imágenes del reloj de la Puerta del Sol madrileña, la Cibeles y la torre Agbar barcelonesa, el rodaje se ha efectuado en Extremadura (será por eso que los únicos con los que no se meten son los extremeños). La anécdota es que la banda sonora incluye una versión de “Els segadors” instrumental y rockera (que suena muy bien).
Intérpretes: Miki Esparbé, María León, Jordi Sánchez, Andoni Agirregomezkorta, Juan Carlos Aduviri, Carlos Areces, Sílvia Abril, Joaquín Reyes, Vicente Romero, Pepa Aniorte. (Cinesa).
“Heidi”, de Alain Gsponer, es una nueva adaptación de la famosa novela infantil de Johanna Spyri, ya llevada anteriormente al cine como mínimo once veces y por lo menos otras cinco a la televisión. Cuenta la historia de una huérfana que vive con su abuelo en los Alpes. Es una película cálida, dulce y tierna, apropiada para el público infantil, que además está bien filmada –adaptando escenarios y gama cromática a los estados de ánimo de la protagonista–, cuenta con una bonita banda sonora y tiene como aliciente añadido la presencia en el reparto del gran Bruno Ganz, que por supuesto encarna al abuelito. La única pega es que lo que cuenta ya nos lo sabemos de memoria. La curiosidad es que al cásting de Heidi y Pedro se presentaron 500 niños y niñas.
Intérpretes: Anuk Steffen, Bruno Ganz, Quirion Agrippi, Isabelle Ottoman, Anna Schinz, Peter Lohmeyer Katharina Schüttler. (Cinesa).
“Kubo y las dos cuerdas mágicas”, de Travis Knight, es otra película infantil, en este caso de dibujos animados y aventuras fantásticas cuya acción transcurre en el Japón feudal, si bien se trata de una producción americana. El protagonista es un músico, cuentacuentos y experto en origami que, para salvar a su madre enferma, tiene que encontrar una armadura mágica que perteneció a su padre, que fue un legendario samurai. Así, emprende un viaje lleno de aventuras. Además de acción y fantasía, la película también contiene reflexiones sobre temas serios como el dolor y la pérdida. Destaca por la deslumbrante calidad de la animación y por la banda sonora. Tardó cinco años en rodarse y combina diferentes técnicas de animación, tanto tradicionales como digitales. Ya se habla de ella como firme candidata al Oscar en la próxima edición, a pesar de que el éxito que ha tenido en taquilla en Estados Unidos hasta el momento ha sido relativo. La anécdota del film es que su director y productor es hijo del propietario de la empresa deportiva Nike. Dibujos animados. (Cinesa).