El programa Voluntariat per la Llengüa (VxL), impulsado por la Direcció de Política Lingüística de la Generalitat y gestionado en el territorio por el Consorci de Normalització Lingüística (CNL), alcanzó en 2015 las cien mil parejas lingüísticas, una cifra exitosa para sus organizadores.
Este programa facilita que las personas que tienen conocimientos básicos de catalán y quieren mejorar el habla puedan hacer prácticas en un contexto presencial y relajado. Para ello se forman parejas entre personas que hablan catalán (voluntarios) y personas interesadas en adquirir fluidez en esta lengua (aprendices). Cada pareja suele celebrar un encuentro de una hora a la semana durante diez semanas.
Creado en 2003, VxL ha conseguido arraigarse como una de las actividades más importantes para la promoción y aprendizaje del catalán. En 2015 funcionaron 10.022 parejas lingüísticas en Catalunya, de las que 310 fueron impulsadas y gestionadas desde el CNL de Terrassa y Rubí. La directora de este centro territorial, Teresa Garcia Balasch, explica que el perfil de los participantes es bastante similar en todos los territorios.
Perfil del participante
Aquí, en el CNL de Terrassa y Rubí, el mayor número de voluntarios son personas que han sido alumnos del centro pero también hay quien nunca ha realizado cursos de catalán, así como voluntarios que no tienen el catalán como primera lengua y que la han aprendido en plan autodidacta. Un buen número de voluntarios son mujeres y se mantiene a lo largo de los años.
En cuanto a los aprendices, la mayor parte han sido o son alumnos del centro. Su procedencia es muy diversa aunque el origen de la mayoría es de Sudamérica y de Centroamérica. También hay alumnos del resto del Estado español, Norte de África y países subsaharianos. Con respecto a la edad, la de los voluntarios suele superar los 50 años mientras que la de los aprendices está en la franja que va de los 30 a los 39 años.
Garcia Balasch destaca que desde el centro se promueven actividades complementarias con el fin de que las personas que quieren aprender el catalán conozcan también la ciudad y el país.
La iniciativa, muy valorada desde la Generalitat, el CNL y los participantes, se ha expandido en los institutos de secundaria (en Terrassa funcionan cada año experiencias de gran éxito) y universidades, y se ha revelado como un recurso importante para la cohesión del alumnado. En este sentido, la directora del CNL añade que "uno de los objetivos actuales es llegar a la gente joven de la ciudad y para ello trabajamos con los servicios municipales de Juventud de los ayuntamientos ya que nosotros sólo podemos atender personas mayores de 18 años".