a arquitecta Itziar González, acompañada por técnicos municipales y expertos externos, analizó las deficiencias del Vapor Gran para hallar porqué la zona no se había convertido en el polo de atracción comercial y social con el que fue concebida.
Durante casi un año, el equipo capitaneado por la exconcejal de Ciutat Vella revisó a fondo la historia del recinto, las soluciones urbanísticas dadas al antiguo espacio fabril, el uso ciudadano que tienen las distintas zonas y su vida comercial. Una de las primeras conclusiones, compartida con los vecinos, es que las conexiones internas así como con la zona que rodea al Vapor Gran no están bien resueltas. La sensación de espacio cerrado y el déficit de señalizaciones impide que el recinto sea accesible y reconocible por los ciudadanos. La calidad de los pavimentos tampoco es la adecuada, así como el uso de excesivas pendientes.
más zonas de sombra
En términos generales, las soluciones propuestas, además de peatonalizar parte del perímetro, buscaban crear un espacio público más agradable y cómodo, por lo que se proponía suavizar rampas y escaleras, habilitar más zonas de sombra, colocar juegos infantiles y mejorar la iluminación.
Las primeras obras empezarán en otoño. El proceso se ha dilatado mucho más de lo previsto, teniendo en cuenta que las propuestas de reforma debían estar listas a finales de 2014 para empezar a aplicarlas en 2015.
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